Soledades melancólicas
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Un ambiente solitario, espacios abandonados, deshabitados y soledades expuestas al viento del desierto aparecen fantasmalmente en las pinturas del artista Erich Sepúlveda que se presenta en la Galería Bahía Utópica de Valparaíso. En medio de cierta difuminación del color emergen restos de construcciones dejadas al olvido, vehículos que dejaron hace mucho de ser útiles, plazas sin vida pobladas por los espíritus de los que un día dieron riqueza al país.
Son imágenes de los restos de las oficinas salitreras captadas por el pintor que las ubica como elementos centrales de cada cuadro como si también el tiempo quisiera borrarlas o ser absorbidas por la inquietante composición de cada cuadro, donde el color desbordado en intensidad y infinitas formas dominan la totalidad de las pinturas.
El contraste le sirve para destacar lo principal que está constituido por elemento figurativo, un detalle del universo salitrero. Como si emergieran de un cosmos que deja a entrever lo que muchos ya han olvidado y que la pintura rescata con algo de poesía y melancolía. El elemento figurativo descrito en cada cuadro tranquiliza la pintura del exceso que se evidencia en otras donde sigue una expresión iniciada por el norteamericano Jacson Pollock, y luego seguida por los 'tachistas' holandeses.
Consiste en inundar el cuadro con infinidad de trazos repartidos por todo el espacio llegando a la abstracción total. Evidencia una saturación de colores ya que no queda espacio para el descanso y la tranquilidad de la imagen. Son demasiadas formas y manchas sobre una superficie en aparente desorden. Esencialmente no lo es ya que obedece a una propuesta concebida de esa forma pero que contrasta con los cuadros donde los elementos figurativos le otorgan otra dimensión a su pintura y donde exhibe sus mejores logros.
