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La vaca huérfana que vive en una comisaría

Fotos: juan jordan

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Es una fría noche en Valparaíso. La gente duerme tranquila, pero los carabineros de la Octava Comisaría Florida están pendientes de cualquier irregularidad que pueda acontecer. Pero de pronto, una llamada los interrumpe. Es un vecino que narra algo desesperado, que un animal anda cerca de su casa.

- ¿Aló, aló? ¿Carabineros de Chile? - pregunta el hombre que ha marcado agitado el número 133.

- Sí, buenas noches, ¿en qué podemos ayudarle? - responde el funcionario de turno.

- En mucho, fíjese. Anda un animal de gran tamaño suelto aquí en la calle Mesana ¡vengan altiro a ver por favor! - exclama el porteño, abrumado.

Carabineros toma los datos y una patrulla parte inmediatamente al sitio del suceso. Y en efecto, se encuentran que el animal de 'gran tamaño', es una vaca que anda vagando sin rumbo fijo.

Los uniformados se miran sorprendidos y la agarran de la soga que anda colgando en su cuello. 'Hay que buscarle al dueño', se dicen y comienzan la misión.

Los funcionarios se reparten para ir casa por casa preguntando si conocen al propietario de la vaca huérfana.

- No, para nada, caballero. De hecho jamás he visto que ande una vaca suelta por acá - declara un porteño medio soñoliento.

- No, ni idea. Ni sabía que por aquí hay fundos para que las vacas se escapen - comenta otra vecina.

Nadie tiene una respuesta y Carabineros ya debe regresar al cuartel. ¿Qué hacemos? se preguntan. 'Bueno, tendremos que llevarla a la comisaría', se resignan.

Y ahí la toman como pueden y la suben al vehículo. La vaca no hace nada más que mirar para todas partes, aunque sin angustiarse.

'El día de ayer (miércoles), personal de servicio en horas de la madrugada fue alertado que andaba un animal en la vía pública, en el sector alto del Cerro Alegre. Y verificando, efectivamente encontraron al vacuno en la vía pública sin propietario. Motivo por el cual, se consultó por el sector y nadie indicó ser el dueño por lo que tuvo que ser trasladado hasta el cuartel', ratifica la Capitán Ingeborg Villa, de la Octava Comisaría Florida.

La vaca huérfana llegó a la comisaría sin entender nada. Sabía que la habían robado por ahí y que por eso se había escapado de donde se encontraba, pero que esa no era razón suficiente para que la llevaran justamente al lugar en donde llegan los que cometen delitos. Pero fue para mejor. Se encontró con que la mayoría de los carabineros eran sureños y que sabían tratarla como corresponde. Se relajó.

Esa misma noche, aunque ya casi era de mañana, los funcionarios la acercaron al patio que está detrás del cuartel y que para su alegría, estaba lleno de pasto tierno. Apenas sintió el aroma a campo, la vaca huérfana se lanzó a comer como si el mundo se fuera a acabar.

'La pobre tenía harta hambre, estuvo comiendo pasto por varias horas, caminando por todo el perímetro del patio', comenta la Capitán Villa.

El turno de noche se empieza a ir y los funcionarios que llegan en la mañana se dan cuenta que tienen una nueva compañera. Es la sensación y a todos les parece simpático que el animal esté ahí con ellos en el patio.

- ¿Y alguien ha preguntado por ella? - consulta un carabinero.

- No, nadie, nadie sabe quién es el dueño - responde uno de los funcionarios que se está yendo para su casa.

Como nadie se acerca a la comisaría a preguntar por la vaca, la Capitán Villa se comunica con el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para lograr dar con el dueño a través del número que tiene en un sello instalado en una de sus orejas. Pero le fue mal. 'Se hizo el contacto con el SAG para verificar quién era su propietario pero el número que mantiene está alterado así que no corresponde al fundo que se indica porque también se hicieron las averiguaciones y no coincide', explica.

Carabineros estuvo todo el día de ayer esperando que alguien se acercara al cuartel preguntando por la vaca huérfana, pero nadie, ni siquiera por teléfono, se ha interesado en ella.

Algunos incluso le sugirieron a los carabineros que celebraran un 18 chico, pero éstos se negaron rotundamente porque se encariñaron con la bestia y porque los que se criaron en el campo cuando niños, dijeron que la huerfanita no era de esas vacas. 'No, para asado no es, ésta es una vaquita lechera', aclaró un uniformado sureño.

'Lamentablemente nadie ha venido al cuartel a preguntar por ella y hemos esperado todo el día, pero del propietario no hay rastro. Por eso estamos publicando fotos en el Twitter y Facebook de Carabineros para que pueda aparecer el dueño. Lo más probable es que haya sido robada y la vaca se escapó empezando a vagar, pero al menos aquí en el cuartel está bien porque tiene pasto, agua y la atención de todos', aseguró la Capitán Ingeborg Villa.

Según el SAG, las vacas oficialmente deben contar con un Dispositivo de Identificación Individual Oficial (DIIO) que permita vincularlo al establecimiento donde se realizó esta actividad. El DIIO corresponde a un 'arete' o 'crotal' de material plástico donde se registra un número único e irrepetible de nueve dígitos, que incluye dos componentes (uno en cada oreja del animal): un dispositivo visual tipo doble paleta (macho - hembra), que debe contener el número de identificación correspondiente, un dispositivo visual tipo botón, que debe contener el mismo número de identificación que la paleta. El DIIO debe permanecer con el animal durante toda su vida, independientemente del destino que tenga el animal. Tampoco puede ser alterado, adulterado, copiado ni falsificado; cualquiera de los hechos anteriores hará perder la condición de trazable al respectivo animal. Así que sólo un milagro hará que la vaquita huérfana pueda reunirse con su dueño. Cualquier información al Twitter @Carabdechile o bien, a la Octava Comisaría Florida ubicada en la calle Calle Mariano Sarratea 136. J