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Los secretos que guarda el Museo Fonck de Viña

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El Museo Fonck es llamativo por donde se le mire. Ya al tener de portero a un gran moai y estar ubicado en pleno centro de Viña del Mar lo hace un polo de atracción para quien pase por el lugar.

El museo nace en el año 1937 cuando un grupo de personas interesadas en la arqueología de la Ciudad Jardín y Santiago se juntan y forman una sociedad científica e histórica.

El nombre es en honor al doctor Francisco Fonck, quien residió en Quilpué después de haber llegado con su familia al sur.

Allí se interesó en forma casi obsesiva por la arqueología y la historia, por lo que cuando llegó a la región de Valparaíso ya tenía fama de que sus investigaciones eran potentes.

El museo se creó en honor a él y desde dicho entonces nunca ha cerrado sus puertas, salvo en contadas ocasiones.

Su administradora, Elisa Figueroa, cuanta con orgullo que el "el Museo Fonck es el único recinto de su tipo que abre los días lunes. Recibimos público de lunes a domingo e incluso los festivos; este es un museo distinto, que encanta a la gente que lo visita".

Según la propia administradora, actualmente el Museo Fonck "está en su mejor momento, tratando de cautivar a la gente para que nos visite".

Sin embargo, no siempre en la historia del museo todo ha sido miel sobre hojuelas, por el contrario, se han vivido momentos duros, pero que siempre han mantenido el eje centrado en la cultura.

Actualmente el Museo Fonck, ubicado en la calle 4 Norte, en pleno corazón de Viña del Mar, recibe una subvención por parte de la Municipalidad. "Es una donación con la que contamos y que nos ayuda muchísimo, ya que de otra manera no podríamos. Este es un museo privado y todo lo que hay acá ha sido donado y pertenece a la misma gente", detalla Figueroa a La Estrella de Valparaíso.

muestras

A partir de 1986 el Museo Fonck encontró su hogar definitivo en 4 Norte y es ahí donde se asentó para albergar 12 muestras permanentes y una muestra temporal.

Las muestras permanentes rescatan lo más antiguo de muestra cultura, y en ellas se pueden encontrar rastros de las culturas Rapa Nui, Mapuche, de la zona Austral, Central y Sur, entre otras.

"Ingresar al Museo Fonck es como ingresar a un viaje en el tiempo y en el espacio. Por ejemplo la muestra de las salas de Mar y la costa están totalmente relacionadas entre sí, ya que comienzas un viaje desde el fondo del mar y vas saliendo hasta la superficie", señaló Elisa Figueroa.

Uno de los últimos chiches del Museo Fonck es la sala temporal, la cual muestra distintas exhibiciones a lo largo de su creación en el año 2012.

colegios

"Durante muchos años el museo ha sido el centro educativo de la Ciudad Jardín. Acá vienen colegios completos para hacer un recorrido y aportar algo más a sus asignaturas", señaló Gianino Libellara, encargado del Departamento de Educación y del área de Ciencias Naturales del Museo Fonck.

Sin embargo, con el correr del tiempo las visitas d ellos colegios han ido disminuyendo, situación que no ha pasado inadvertida para Gianinno.

"Cada vez los colegios vienen menos y eso es algo en general. Los profesores prefieren hacer sus clases en la sala y no salir a terreno", señaló Giannino, quien agregó que "todos están invitados para recorrer y aprender en el museo. Las puertas están abiertas para todos quienes quieran saber algo más de nuestra cultura. Contamos con innumerables alternativas para que la gente se acerque por lo que no debería existir excusa para no venir". J