Tal vez el título de esta columna suene algo fuerte, pero la idea no es asustarlos, sino que motivarlos para que sientan su cuerpo vivo.
Hace un mes comencé esta "locura" y dentro de ese mes no hay día en que mi cuerpo no sienta el esfuerzo al que ha estado siendo expuesto y sometido. Y es que pasar de un estado de sedentarismo a mover el cuerpo más de tres veces por semana tiene sus consecuencias obvias; una de ellas el dolor muscular en cuello, brazos, piernas, muslos y todo aquel músculo o articulación imaginable. Incluso un día sentí que me dolía un ojo, pero esa es otra historia.
No es raro que me demore más en bajar una escala o que cuando me suba a un auto parezca Robocop de lo tieso que estoy. El otro día mi hijo de tres años se sentó por sorpresa en mi muslo derecho y grité, sí, grité de dolor. Levantarme en las noches para ir al baño también es un reto. Durante un tiempo, específicamente en las primeras semanas, me dejaba caer a un costado de la ama y antes de tocar el suelo apoyaba mi pie para darme impulso y pararme. Con el tiempo, más dignamente, he logrado levantarme de mi cama como lo hace la mayoría de las personas: me siento, bajo los pies y me paro.
Ustedes podrán pensar que me mato entrenando, pero la verdad es que no. Sólo cumplo con mi rutina de dos a tres veces por semana en el CrossFit Volor, ubicado en 1 y medio Oriente entre 12 y 13 Norte en Viña del Mar y cuando me da el tiempo o quiero un poco de aire salgo a trotar.
Mi profe Alfredo me exige bastante y yo trato de responderle como pueda, a veces bien y a veces no tanto. Lo importante es intentarlo, no rendirse.
Entonces ¿por qué me duele tanto el cuerpo? Simplemente porque mi cuerpo estaba en estado de coma y ahora ha comenzado a revivir. El dolor significa que el cuerpo esta vivo, que se reactiva con cada movimiento que hacemos.
Si estás comenzando una aventura similar a la mía, no te asustes, el dolor es normal. No te des por vencido si es que después de entrenar con suerte tienes fuerzas para sacarte la polera y ducharte. Ese dolor y cansancio significan que tu trabajo es bueno, aperrado y que pronto irás mejorando.
Encuentra tu disciplina y practícala. Tal vez lo tuyo no s el CrossFit, tal vez te gusta andar en bicicleta, o trotar. Las largas caminatas o subir las escaleras de un edificio también son un buen ejercicio. Hagas lo que hagas hazlo entregando el 100%, no te impongas límites menos al comienzo de una aventura como esta. Si ya comenzaste a entrenar siéntete orgulloso porque es una determinación difícil de tomar, pero al fin y al cabo es la decisión que le devolverá la vida a tu cuerpo.
Como escribía al comienzo no hay día en que algo no me duela, pero estoy feliz porque este tipo de dolor hace que te sientas vivo. Sé que el dolor tratará de gobernarte. No lo dejes, supéralo, abróchate las zapatillas y anda a entrenar… ¡ahora!
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