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Suspensión y lucha libre llegan con todo a Valpo

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Personas que se suspenderán con ganchos clavados en su espalda. Un ring donde peleadores de lucha libre harán sus piruetas. Doscientos tatuadores inyectando tinta en la piel. Un museo lleno de objetos raros y curiosos.

¿Qué es esto se puede preguntar el lector desprevenido? Se trata de la Expo de Arte y Tatuajes de Valparaíso, que este sábado comienza a desarrollarse en el VTP, y que reunirá a fanáticos de la modificación corporal, que llegarán a vitrinear y curiosear a esta feria.

El evento es organizado por "Made ink Chile", que es un grupo de fanáticos del tatuaje y que es formado, en parte, por Cristóbal González, Cristian Vilches y Felipe Araya.

La actividad en el VTP durará dos días: 4 y 5 de septiembre y las entradas ya se encuentran en venta bajo el sistema Ticketek.

"Es una actividad donde las personas podrán ver en vivo a los tatuadores, quienes estarán trabajando todo el día. Se entregará un premio en cada jornada, en doce categorías", explicó Felipe Araya.

La mayoría de los artistas de la tinta y las agujas provienen de Chile, pero hay algunos invitados de varios países latinoaméricanos, como Brasil, Argentina, Perú, entre otros.

Pero no todo este evento será sólo tatuajes, ya que además habrá bandas en vivo (ver recuadro), peleas de lucha libre, suspensiones corporales, un museo de objetos raros y una exposición fotográfica.

"Desde Argentina viene Matías "Rata" Tafel, quien estará a cargo de las suspensiones corporales. La gente que realizará este performance son chilenos. Esta actividad será el sábado y es bastante impresionante", explicaron los organizadores.

AGUJAS

"La respuesta es sencilla. Nosotros contratamos una empresa especial en el retiro de material contaminante y cortopunzante, que tiene los mismos contenedores de los hospitales", aseguran.

Se espera que lleguen, cada día, más de dos mil interesados en inyectarse tinta bajo la piel y seguir viviendo en el apasionante mundo del tatuaje. J

El viejo Bukowski y su amigo Crumb

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Dice la historia que sólo una vez se encontraron cara a cara el escritor Charles Bukowski y el dibujante Robert Crumb. Debe haber sido un evento cósmico, fugaz: el encuentro de dos leyendas de la literatura y el cómic, admiradores mutuos, emblemas de lo marginado, lo grotesco y lo incómodo de la sociedad, conectados por una feroz corriente creativa. El viejo Bukowski sólo tuvo palabras de admiración para Crumb, a quien calificó como un ser "verdadero" y un creador de personajes llenos de "energía y resplandor". Crumb respondió ilustrando tres relatos del ícono del realismo sucio, los que fueron publicados en revistas norteamericanas entre 1975 y 1984. Esos tres relatos, escritos por Bukowski e ilustrados por Crumb, están contenidos en "Tráeme tu amor y otros cuentos", en la bellísima edición de tapa dura publicada por Libros del Zorro Rojo.

La sobrevivencia, la precariedad, el desamparo, el sexo, el alcohol, la finitud de las pasiones y los sentimientos, atraviesan como un esqueleto estos tres relatos, potenciados por la agudeza con que Crumb captura las actitudes y las atmósferas en sus viñetas.

En "Tráeme tu amor", Harry visita a su mujer, Gloria, quien está internada en una institución mental. Es un encuentro áspero: Gloria vive en una odiosa irrealidad y Harry sólo se aferra a los vestigios de un amor.

"No funciona el negocio" es un sarcástico relato acerca de un Manny, cómico en decadencia que trabaja en un hotel aún más decadente de Las Vegas. Su rutina ya no funciona: los chistes sobre la recesión y la política no interesan a un público que sólo quiere evadirse. "¡Yo soy uno de los grandes cómicos! Tengo recortes para probarlo", argumenta Manny ante el dueño del local, que ha venido a pedirle que cambie o que se vaya. "Hablas de la era glacial, Manny", la responde el patrón. Tiene razón: Manny es una criatura en extinción, un ser que se alimenta de noche, de excesos, de alcohol, de cinismo, que ya no tiene cabida en un mundo exitista y escapista. El último número de Manny termina, cómo no, en una pelea de borrachos, mientras Benny Blue, el joven comediante que hace reír con su máquina de burbujas, lo reemplaza en el escenario: "Su creación flotó por encima del tumulto. Había nacido una estrella".

Cierra el volumen "Bop, Bop, contra aquel telón", un entrañable cuento de infancia sobre tres amigos que cada domingo cogen el tranvía para ir a ver los espectáculos de variedades. De los tres, es el relato más personal de Bukowski: "Sin embargo, aquellos domingos, la mayoría de aquellos domingos, eran magníficos, una pequeña luz en los tiempos oscuros de la depresión, cuando nuestros padres salían al porche, desempleados e impotentes, y miraban cómo nos molíamos a palos y después entraban y se quedaban mirando las paredes, sin atreverse a encender la radio por miedo a la factura de la luz".