"Estimados pasajeros, existen desperfectos por problemas ajenos a Metro. No sabemos cuántos minutos pueden pasar hasta que esto se solucione, por lo tanto, puede descender en esta estación o esperar hasta la solución del problema". Esa era la información que entregaba ayer en la mañana el conductor de uno de los trenes de Merval en la estación de Quilpué.

Esto generó de inmediato los comentarios de los pasajeros. Mientras unos estudiantes estaban tranquilos y hasta contentos de que no llegarían a dar la prueba a hora, otros de inmediato comenzaron a llamar a sus trabajos para justificar su tardanza.

¿La razón? Una falla eléctrica en un pantógrafo, que alimenta de corriente al tren, hizo que uno de los convoyes quedara detenido en el sector de El Salto, lo que provocó interrupciones y graves retrasos en el viaje, en plena hora punta de la mañana. En total, cerca de dos horas duró el trayecto entre Peñablanca y Valparaíso, en circunstancias que habitualmente tarda no más de 45 minutos.

El trayecto fue interrumpido con detenciones cada pocos metros y avances lentos hasta que, en el sector de El Salto, los pasajeros se percataron de que uno de los trenes dobles permanecía detenido en la línea dos, que va hacia el puerto.

La falla se registró a las 07.15 de la mañana y obligó a la evacuación de 350 pasajeros desde el vagón detenido, en el sector de El Salto. Debido a las reparaciones, el servicio se mantuvo con problemas durante toda la mañana, con salidas cada 25 minutos. Recién pasadas las 14.00 horas se restableció en forma normal.

RABIA EN REDES SOCIALES

@gla_Arancibia comentó: "No pude decirlo antes pero que penca el servicio de #metrovalparaiso", en tanto que @Catralavivi se preguntó "¿Y a que hora se dignan a dar explicaciones y la compensación por el día de atraso y malas notas?".

@leonkarger exigía una fiscalización por parte de las autoridades y @kumelawen, compensaciones a los usuarios por un servicio "nefasto".

Otra de las situaciones que molestó fue la forma en que los pasajeros fueron evacuados, ya que mientras muchos esperaban largos minutos que abrieran el paso de un andén a otro, a otros los hicieron descender de los vagones para cruzar al sentido contrario a timar otro convoy. J