La primera lesión
Tarde o temprano tenía que pasar y pasó. Durante la semana pasada sufrí "mi primera lesión", algo que realmente no vi venir, pero que efectivamente me dio varios avisos o señales.
Me encontraba levantando pesas o mejor dicho tratando de levantar pesas de 40 kilos aproximadamente por sobre mi cabeza. Mi profe, riguroso como siempre, me enseñó la técnica correspondiente, la cual después de varios intentos logré realizar.
El movimiento ya había salido y no había necesidad de hacer uno más. El cuerpo ya estaba cansado y por ende no respondía de la mejor forma. De hecho el profe me sugirió que mejor no haga un nuevo levantamiento. Yo, porfiado a decir basta, no le hago caso y cerrándole el ojo le digo "puedo uno más".
Fue precisamente en ese "uno más" que al subir la pesa por sobre mi cabeza sentí un pequeño crujido en la parte lumbar de mi espalda. Bajé la pesa y un dolor no tan intenso pero constante se había apoderado de la zona derecha de mi espalda.
Descansé, respiré hondo y me senté. Con el dolor creciendo y mi espalda, según convertida en charqui, no seguí entrenando durante ese día. Llegué a mi casa y el dolor seguía. Me asusté y pensé que hasta ahí había llegado mi incipiente y poco prometedora carrera de atleta.
No pasé una noche muy buena y por la mañana le escribo un mensaje a mi profe diciéndole que no voy a entrenar. Que la espalda me duele mucho y que no quiero lesionarme más.
En pocas palabras mi profe Alfredo del Crossfit Volor de Viña, me dice "ven igual". Trato de contrarrestarle, pero me vuelve a repetir que debo ir igual a entrenar.
"Las lesiones son parte de los atletas. Aunque tú no lo creas te estás convirtiendo en un atleta y debes saber que en oportunidades tu cuerpo te dolerá y te lesionarás. Haremos un trabajo especial y trabajaremos suave, pero debemos trabajar igual", me dijo el profe.
Comencé a elongar y con un trabajo más suave y especial el dolor desapareció por arte de magia. El pánico que sentí en un comienzo ya no estaba, por el contrario quería seguir entrenando.
El dato de hoy tiene que ver con no quedarse estático ante una lesión. Recuerden que al ser principiantes en estas artes nuestros cuerpos están conociendo sus umbrales
de dolor y hasta dónde podemos llegar. ¡A seguir
entrenando!