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"Necesito levantar la casa de mi padre, cueste lo que cueste"

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Los cerros aún estaban calientes cuando los policías encontraron entre las cenizas de una casa del cerro Las Cañas los cuerpos. Eran dos de las quince víctimas fatales que dejaría el mega incendio que consumió siete barrios porteños, el pasado 12 y 13 abril.

Los cuerpos pertenecían a Raúl Retamales Verdejo y Raúl Retamales Godoy, padre e hijo, quienes fallecieron abrasados por el fuego.

Los Retamales tenían su vivienda ubicada en la calle Los Cerezos del cerro Las Cañas y cuando comenzó el incendio, en el sector de Los Molles, nunca pensaron que esta historia tendría un final trágico.

"Nosotros nos fuimos a ayudar a unos familiares a los que se les estaba quemando la casa. Nos fuimos por unas escalera y cuando tratamos de volver a nuestra casa, esas escaleras ya no existían, estaba todo cubierto por las llamas", señala Leonardo retamales, de 43 años, hijo y hermano de las víctimas.

LA PENA

una misión

Su padre Raúl tenía 84 años el día del incendio. Su recuerdo guía la misión que hoy se ha propuesto su hijo Leonardo.

"Ésta era la casa de mi padre, él la levantó y aquí vivió hasta su último día. No me puedo ir de acá y dejar la casa a medio terminar. Necesito levantar esta casa sea como sea, cueste lo que cueste, me demore lo que me demore. Mi padre me está mirando, me está guiando para que yo reconstruya la casa, en especial el jardín que él lo cuidaba mucho", dice Leonardo, quien actualmente vive con su hija y su pequeño nieto.

"Son las cosas que tiene la vida. No me puedo derrumbar porque ahora está mi nieto y por él también tengo que seguir adelante. No sé si lo han dicho otras personas, pero el incendio nos marcó mucho a todos. No sólo a mí, sino que a todo el cerro; todos perdimos algo, todos tenemos esta herida que es profunda y que sabemos que no va sanar", reflexiona. J