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Sobrevivió al fuego y hoy está de vuelta en la pega

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Dice que no va a estar tranquilo hasta que pueda abrir completamente sus manos. Con mucho esfuerzo llega a la mitad, pero advierte que cuando lo dieron de alta, hace dos meses, sus manos siempre estaban empuñadas. Cualquier avance lo siente como un gran logro.

Fernando Padilla se salvó de milagro el 12 de abril. Todavía los bomberos no se explican cómo el fuego no terminó con su vida. Si cuando lo vieron tirado en una escala de la Quebrada Jaime, en el cerro Mariposa, lo rodeaba un círculo de fuego. Él estaba al centro, con gran parte de su cuerpo quemado.

manos quemadas

Fernando Padilla tiene las dos manos quemadas. Le hicieron injertos en los dos brazos, en la espalda, en parte de la nariz y las orejas. Hace dos meses le dieron el alta. "El médico me dijo que yo ya estaba apto para trabajar. Que me tenían que ubicar en otro puesto si no podía volver a ser recolector", señala.

Hoy trabaja como asistente en un camión, en el turno de 15.00 a 23.00 horas, y viaja al lado del chofer. Contesta la radio, aprieta el botón para que se triture la basura. El conductor dice que es un "buen cabro" y que se ha ido superando con el tiempo.

Fernando sigue en terapia para recuperar la movilidad de sus manos, para soltar todo lo que quedó atrofiado debido a las quemaduras. "Estoy esperando que me llame el cirujano del consultorio del Adulto Mayor para que me injerte grasa y me desate un nudo que tengo en las manos y se puedan abrir más", explica.

A seis meses de lo ocurrido, este porteño irradia optimismo: "Yo estoy con todas las ganas de trabajar, con la ayuda de todos los compañeros lo estoy logrando. Trato de no recordar mucho lo que pasó. De repente me da rabia porque no me puedo lavar bien la cara o el pelo, pero igual yo trato de hacer lo más posible. Yo me exijo mucho. Los doctores dicen que mi recuperación ha sido más rápida que la de otros". J