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Porteña dejó su casa a sus familiares damnificados

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El sábado 12 de abril Paola Otto arrancó junto a toda su familia, dejando atrás su hermosa casa de la subida El Vergel, en el cerro La Cruz. Partió con sus hijas, hermanos y padres, todos vecinos del barrio. Como muchos, ella estaba segura de que no encontraría nada al volver. Incluso le dijeron que el fuego había abrasado su casa.

Pero al día siguiente su hogar seguía en pie. Todo alrededor estaba quemado, las casas de sus amigos y vecinos de toda la vida eran ruinas y cenizas. El panorama era desolador y ella representaba el milagro. Su caso apareció una y otra vez en los medios de comunicación: era la historia esperanzadora en medio de tanta desgracia.

A seis meses de aquello, la vida de Paola Otto no es la misma. Está muy lejos de ser la misma. Estresada, angustiada y deprimida, a un mes de la tragedia -y mientras sus padres y otros familiares damnificados se alojaban en su casa-, una amigo ofreció un departamento para que se fueran los afectados. Pero en vez de partir quienes efectivamente habían perdido su hogar, fue Paola quien prefirió dejar su casa, junto a su esposo y sus dos hijas.

con lo justo

Esta porteña relata lo vivido sentada en un piso de madera en lo que es su nuevo living. Actualmente vive en un departamento ubicado en el sector El Almendral, el que ha equipado con lo justo y con cosas que le han prestado o regalado. Un sillón por aquí, una mesa plegable por acá, colchones en el piso a modo de camas. Y, a pesar de las incomodidades, dice que así está más tranquila.

"Mi mamá no podía creer que me fuera. Decía que se iba a ir conmigo, entonces le expliqué que debía quedarse porque le estaban construyendo su casa en el mismo cerro y debía fiscalizar a los maestros... Yo necesitaba estar con mi familia y no podíamos de esa manera. Yo quedé muy mal emocionalmente, todavía no puedo hablar normalmente. Sé que tengo que ir al doctor, me dan ataques de pánico... Fue un cambio tan drástico en nuestra vida, a mí me caló hondo...", reconoce esta vecina del cerro La Cruz.

Ahora Paola va de visita a su propia casa y es súper triste para ella. "Riego mis plantas... Aparte que el entorno no te acompaña. Está prácticamente deshabitado hoy, en ese sector quedó la escoba y la poca gente que hay está en mediaguas. No era un barrio la raja, pero donde yo vivía había puras casas bonitas", dice.

Paola y su familia esperan volver antes de fin de año al cerro La Cruz, cuando terminen la nueva casa de sus papás. J