En los escenarios en donde se llevan y llevaron las discusiones por las reformas educacional política y tributaria, los temas más nombrados en cada una de ellas desgraciadamente no han sido los que la gran mayoría de los chilenos hubiese esperado, porque debemos estar de acuerdo que en el caso de la Reforma Educacional debió ser la calidad, en el caso de la Reforma Política se imponía legislar en pro de la gente y en el caso de la Reforma Tributaria, que se materializará y tomar todos los resguardos y reconfirmar los dichos que sus costos los pagarían quienes más tenían y más ganaban, pero ¿Qué ha pasado? En el caso de los acalorados debates por la Educación, todos sin excepción, gastan mucha saliva y tinta enfrascados en el tema dinero y todos sus asociados, dejando a la calidad bajo de la mesa; la reforma del sistema binominal, a estas alturas del partido está sin discusión, lo curioso fue el aumento del número de parlamentarios, matizado por la inauguración de la cafetería del Congreso, la gente esta vez volvió a quedar en lista de espera y en la tributaria. Qué duda cabe del tema que se llevó toda la atención, tanto que de partir sin aceptar ninguna crítica ni posibilidad de modificar su proposición original, terminó con más 200 anotaciones, con su puesta en práctica quedó muy claro quién pagará la cuenta final, una vez más ha quedado demostrado que en Chile del dicho (calidad, equidad, legislar para la gente) al hecho (dinero, aumento de parlamentarios, sálvese quien pueda de los impuestos) sigue habiendo un tremendo trecho.
Luis Enrique Soler Milla
