Locos al volante de la locomoción
Le escribo para hacer un llamado a los empresarios de buses de la locomoción colectiva de Valparaíso para que no permitan que cualquier individuo maneje sus máquinas en perjuicio de las personas. El martes 14 de octubre, a las 7:21 horas de la mañana, transitaba con mi hija hacia el colegio en mi auto por la calle Prats, a la altura del Reloj Turri, hacia Plaza Aníbal Pinto, y una máquina 901 de recorrido hacia Placilla, numeración 272, que venía por Cochrane, para conectarse también a Esmeralda, iba conducida por un ser irracional y de muy mala clase. El hombre, sin pensar en que venían muchos pasajeros en su bus, se cruzó de pista hacia la mía con una velocidad sin límites, lo cual generó estupor en los mismos pasajeros que miraron por las ventanas. Me tuve que detener para que pasara con el riesgo de que los autos que venían detrás de mí me chocaran, pero enfrenté la situación pues era más brutal estrellarme contra máquina llena de pasajeros. En ese momento, pensé en mi hija y en la vida de ese conductor que, al parecer, no le importa, como tampoco la de sus pasajeros. Gracias a Dios, los conductores que venían detrás de mí reaccionaron a tiempo y no hubo resultados fatales. Sin embargo, me preocupa que ese conductor siga en las calles, pues con ese criterio e indolencia humana, estoy segura que habrá en el futuro víctimas fatales que lamentar.
Gabriela Guzmán.