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A lo Clint Eastwood de un poncho sacó escopeta para balear a lolo

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l En las películas spaghetti western era común ver al mítico Clint Eastwood, en medio de balaceras y duelos a muerte, ataviado con un sombrero y un singular poncho estilo mexicano.

Un implemento similar ocupó un adolescente porteño, quien atacó a balazos a un grupo de jóvenes en Rodelillo. Según datos reunidos por este medio, el hecho de sangre aconteció en horas de la noche, cerca de las 22.00 horas, y tuvo como escenario una cancha deportiva de la población El Folclore.

A esa hora dos primos y un amigo compartían una jornada de entretención, cuando de improviso se apareció en la cancha un joven de aproximadamente 17 años, tez morena, de 1.70 de altura, delgado y pelo negro. Llamó la atención que vestía un poncho oscuro. De improviso y aparentemente sin mediar provocación, debajo de su prenda portaba una escopeta hechiza y tras sacarla apuntó hacia el grupo e hizo fuego, para luego darse a la fuga por las inmediaciones de la población. J

Gracias a una reja vecinos dicen chao a delincuentes

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l Un ejemplo de unidad para enfrentar la delincuencia está dando un grupo de vecinos de Rodelillo.

Se trata de once familias que habitan el pasaje Petrohue en la población Santa Rosa, frente al paradero 22 ½.

José Rojo, vocero de los residentes, explicó que por años se vieron afectados por el flagelo, donde los "domésticos" (ladrones) se dedican a sustraer especies de los inmuebles, mientras que otros privilegian desvalijar vehículos estacionados. "Se robaban hasta los perros de la ropa que había colgada en los tendederos. Un vecino enfermo de los pies le robaron cuatro veces cosas del vehículo ", comenta. Ante este escenario, los pobladores se organizaron para cerrar el pasaje con una reja, cumpliendo los requisitos legales. El pasaje es corto, tiene una sola entrada y salida, y no afecta el derecho de paso a otras vías. Las once familias reunieron dinero, cerca de 210 mil pesos, y el municipio los apoyó triplicando esa cifra, incluida la mano de obra. Desde septiembre cuentan con el portón de fierro donde cada uno tiene llave. Si bien en el día el acceso no es tan restringido, de noche quedan bajo llave para evitar el ingreso de intrusos. "Estamos agradecidos del alcalde por la gestión, y de la cuadrilla que hizo el trabajo que fue extraordinario. No hemos tenidos robos. Creemos que somos un ejemplo de organización de los vecinos. Es la única manera de salir adelante", afirmó José Rojo. J

En medio de un tiroteo a quillotano le llegó bala perdida en ojo y murió

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Una bala perdida terminó con la vida de un hombre inocente en Quillota, que se vio envuelto en un tiroteo que dejó a otra persona herida de gravedad.

La tragedia se desencadenó la noche del jueves, en una calle de la población Aconcagua Sur.

Minutos antes de la medianoche, al pasaje Libertad ingresó corriendo un hombre identificado como Alexis Hernán Aranda Aranda, de 41 años. Buscaba refugio en alguna casa -no era domiciliado en el sector- porque era seguido de cerca por dos antisociales que pretendían agredirlo. Finalmente Aranda ingresó a un inmueble ubicado a la altura del N° 500 de Libertad, pero los tipos lo descubrieron y efectuaron varios tiros en su contra, uno de los cuales le dio en el tórax. Cuando los pistoleros huían dispararon a distancia, y desafortunadamente en ese momento, por el otro extremo del pasaje, venía ingresando César Antonio González Silva, 28 años, junto a su pareja. Se dirigían a un block y trataron de esconderse al escuchar la balacera, pero en forma inesperada González se desvaneció y cayó al suelo y abundante sangre brotó de su rostro. Un proyectil había ingresado en su ojo izquierdo.

ajuste de cuentas

No está claro aún el móvil del ataque, pero trascendió que el lesionado registra antecedentes penales por infracción a la ley de drogas, por lo que todo apunta a un ajuste de cuentas. Vecinos se quejaron de las continuas balaceras protagonizadas por bandas rivales en la población. Del fallecido César González, se indicó que se desempeñaba como guardia de seguridad, le apodaban "Zuzu", y días previos a su deceso se había tatuado el nombre de su padre, "Arturo", en uno de sus antebrazos. J