Cuidado que a Carl Djerassi, pese a sus pensamientos delirantes, hay que tomarlo en serio. Es el padre de los anticonceptivos. Y hace unos días lanzó una declaración insólita: vaticina que el sexo cambiará radicalmente sus objetivos. Ya sabemos que el primer objetivo del sexo es el placer. Pero también sabemos que el segundo objetivo del acto sexual es la reproducción. O quizás, en estricto rigor, dada su relevancia, la reproducción sea el primer objetivo del sexo.

Y Carl Djerassi dijo que el 2050 el sexo no será utilizado para la reproducción. El sexo sólo será recreativo. El sexo sólo servirá para el placer.

Explica que para ese año las mujeres optarán, mayoritariamente, por tener hijos a través de la fecundación in vitro. Anuncia, incluso, que para esos días las píldoras anticonceptivas estarán en desuso. Porque las parejas van a preferir congelar sus respectivos óvulos y espermatozoides para así demorar más la maternidad o paternidad.

A esas alturas, el 2050, las técnicas científicas para la fertilidad estarán muy sofisticadas. Por eso, será común tener hijos in vitro. Y eso se deberá también a los objetivos íntimos de las personas. Es decir, se congelarán los óvulos y los espermatozoides para, al retrasar el proceso familiar, cada cual pueda desarrollar su vida. Las mujeres, por ejemplo, podrán cumplir metas laborales y de otras áreas, sin tener que suspender esos proyectos por la maternidad.

"Una vez que esto suceda, entonces la fecundación in vitro se convertirá en un método habitual de tener hijos", señaló Carl Djerassi.

De manera que este científico cree que para el 2050 el sexo, en definitiva, será realizado únicamente para obtener bienestar físico y sicológico. "Las personas separarán sexo y reproducción al 100%", revela el señor Djerassi, muy confiado de sus cálculos. J