A nombre de la señora Margarita Salas Ibacacha, vengo en comunicar y por intermedio de su diario en dar las gracias a los guardias del supermercado Líder ubicado en la calle Valparaíso, en Viña del Mar. A continuación expongo lo sucedido:

El día martes 11 de noviembre acudí a dicho establecimiento para abastecerme de productos alimenticios junto a mi cónyuge. Al salir del establecimiento me percaté que no tenía mi chauchera con mucho dinero adentro ya que debía pagar otras cuentas. Me recordé que se me había quedado en el carro del supermercado. Me dirijo y hago la consulta a los guardias de dicho establecimiento si habían encontrado lo que yo había perdido. Fue grande la alegría que ellos me entregaron, ya que me señalaron: Espere señora, ¿sería esta su chauchera?, respondiéndole positivamente que sí, ellos insistieron que debía revisarla, pero doy fe que no faltaba ni un centavo de mi dinero.

Es por ello que quiero hacer pública esta actitud de dichos funcionarios. Mis agradecimientos y respetos.

Margarita Salas ibacache

El problema de fondo de la prepotencia y agresividad de los choferes de micro es que las autoridades no hacen nada, ni carabineros, ni Ministerio de Transporte, ni municipalidad. Los choferes están protegidos por los organismos y a su vez los pasajeros están desprotegidos. Es tan grande el miedo que se les tiene a estos delincuentes del volante que cuando ocurre alguna acción violenta contra un estudiante, persona de edad, o quien sea, los pasajeros sólo atinan a mirar para otro lado, porque pobre del que se atreva a desafiar a un chofer de micro. Lo mínimo es que te baje a empujones e incluso recibir algún combo sin importar el sexo, y ni hablar de los insultos de alto calibre. Hay excepciones, es verdad, pero son las menos y repito, los organismos, autoridades o quien sea los protege, hacen la vista gorda, tal como lo hacen los pasajeros frente a una agresión.

Cinthya Velásquez