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Iconografía andina

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En la Sala Viña del Mar se presenta el pintor argentino Héctor Cruz procedente de la norteña provincia de Salta, región que estuvo durante la época precolombina bajo la influencia de la cultura Inka y de la legendaria cultura Tiwanaku. Ello ha quedado registrado en las pinturas rupestres, en las pictografías y en cerámicas y textiles con una identidad propia que difiere un tanto de las manifestaciones producidas en otros puntos del vasto y diversificado imperio Inka.

El pintor lo que hace es traer al presente toda la simbología andina, característica de esa región. Especialmente del valle de Calchaquí. Simbología que tiene que ver con la tierra, la flora y fauna autóctona y sobre todo la simbología cósmica que traduce las creencias, las divinidades, el culto y hasta los sacrificios de esos pueblos a imágenes. Manifestaciones artísticas que quedaron perdidas y muchas desaparecidas con la conquista española.

El pintor lleva toda esa simbología al lienzo trabajando los diseños sobre fondos abstractos, lo que le permite dar mayor relevancia a los elementos decorativos que desarrolla y que en su conjunto parecen un registro visual de sus raíces ancestrales. Son como un relato de la historia de las comunidades que lo antecedieron y proyectadas al presente. Pero ese rescate no solo lo traduce en pinturas sino que también se preserva en sus textiles.

En los textiles emplea técnicas y procedimiento tradicionales con expresiones que identifican el paisaje norteño de Salta y Tucumán. Con ello se constata su versatilidad creativa, muy bien demostrada en el óleo y en los textiles, lo que indica su capacidad de afrontar diversos materiales para poder expresar esa enorme cantidad de signos y símbolos que caracteriza la cosmovisión andina. Su lenguaje estético unifica dos universos. El mundo antiguo americano, limitado a un espacio geográfico y el contemporáneo que de local pasa a ser universal, entendido y reconocido.

Valparaíso sufrió una invasión de cineastas

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Daniela López es directora de cine y en los últimos días estuvo en Valparaíso realizando un cortometraje. Pero no fue cualquier trabajo. Acá formó equipo con puros desconocidos, a quienes le presentó su idea y engancharon. Así nació "Pd: Valpo culiao", documental con toques de ficción que muestra la cara menos amable del Puerto.

Daniela, junto a más de setenta realizadores, entre estudiantes y profesionales del séptimo arte, participaron en "Valparaíso Lab 2014", encuentro en torno a la creación de obras cinematográficas en formato de cortometraje organizado por la productora Chacal con el apoyo del Consejo de la Cultura y las Artes.

El encuentro arrancó el pasado viernes 7 de noviembre y rápidamente los equipos se pusieron manos a la obra y salieron con sus equipos, algunos también con actores, a recorrer la ciudad.

Luis Cifuentes, director del proyecto, comentó que "llevamos contabilizados treinta cortometrajes entre películas de ficción y documentales sobre personajes de la ciudad, como de la Plaza Echaurren y del sector del incendio. También hay trabajos más experimentales, como de percepciones, sensaciones".

"Valparaíso Lab" nace a partir del movimiento Kino que nació en Canadá hace 15 años, donde grupos de profesionales del cine y la televisión decidieron juntarse para grabar las historias que ellos querían, dejando de lado por un rato sus trabajos habituales y así poder "reencantarse". Desde aquella primera vez se ha hecho en distintas partes del mundo.

"Nosotros quisimos replicar esa experiencia acá, convocar gente del cine y la televisión de Chile, que tuvieran habilidades distintas para que pudieran trabajar juntos. Eso lo complementamos con la participación de importantes profesionales de la industria a nivel internacional y realizadores chilenos con harto nivel de producción para que puedan transferir conocimiento a través de las charlas y en el mismo proceso de elaboración de los cortometrajes", explicó Cifuentes.

El organizador de "Valparaíso Lab" destacó que una de las gracias de este encuentro es que el trabajo es horizontal. Un estudiante que recién parte interactúa de igual a igual con profesionales con muchos años y experiencia en la industria.

"Nuestra idea es generar redes de conocimiento y abrir camino en la industria que muchas veces no se conocen en el país. De pronto pasa que algunos graban un cortometraje y no saben qué hacer con él. Acá hay gente que toma los cortos, los toma y los distribuye", comentó Cifuentes. De hecho una selección de las películas podrá exhibirse en el Festival de Toulouse, Francia. J