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Viñamarino estuvo 10 días con Chespirito y su elenco

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"Nunca había visto la Quinta Vergara tan repleta de gente. Fue una de las experiencias más lindas de mi vida conocerlo a él y el elenco", señala el ex dirigente evertoniano Oscar Padró, sobre las casi dos semanas que compartió con Roberto Gómez Bolaños, "Chespirito", y los otros actores de sus programas, durante la visita que realizaron al país en 1977.

Padró recuerda que por su experiencia laboral en el estadio Sausalito, el empresario Antonio Martínez le encargó que fuera el recaudador oficial del dinero de las taquillas que dejaban las presentaciones de los artistas mexicanos en distintas ciudades del país. Viajaban en una avión privado pintado con el rostro de "El Chavo del 8". Eran cerca de unas treinta personas.

Una de las situaciones que rememora es la llegada de "Chespirito" a Arica. "Los recibió un mar de gente, en la calle principal él pidió cambiar el recorrido porque quería visitar un hogar de ancianos. Allá se emocionó con el recibimiento y regaló mil dólares al hogar". Eran todo un fenómeno, donde los fanáticos de los programas les regalaban frutas y otras cosas de recuerdo.

Respecto de Gómez Bolaños, Padró lo describe como un hombre muy callado, introvertido, que gustaba sentarse solo en el avión y los buses para escribir mucho -presume que los guiones- y mirar el paisaje. "Era muy caballero, educado, tranquilo y respetuoso. No le hacía el quite a saludar a los niños". En cuanto a los otros integrantes, señala que Florinda Meza y María Antonieta de las Nieves (La Chilindrina) eran yuntas, comadreaban mucho en los desplazamientos. "El que más alegraba los viajes era Quico. Cantaba y tocaba guitarra junto al locutor radial Alejandro Chávez que era el encargado de presentarlos en los escenarios". Padró y Chávez fueron los responsables de preparar las tortas -cartones con crema batida- que los actores se arrojaban a la cara en sus shows. Como Padró debía quedarse hasta al final en los estadios contando el dinero recaudado, era el último en subirse al avión, donde el elenco azteca lo molestaba con que "llegó el hombre de la plata". Otra cosa que recuerda es que al creador de El Chapulín Colorado le llamaba la atención la palabra 'altiro' usada por los chilenos, y bromeaba con ello.

Respecto del mito, que Doña Florinda y Chespirito se enamoraron en nuestro país, Oscar Padró dice que algo vio en el ambiente. "Algo sospeché cuando los vi juntos en el Sheraton de Santiago. Estábamos comiendo en la tarde y él se fue de repente solo a comer con Florinda Meza, algo que no habíamos visto los días anteriores. Parece que algo pasaba". Nunca vio desencuentros o enemistades entre los actores. "Don Ramón en Antofagasta le echaba tallas al Rubén Aguirre, el profesor Jirafales. Le decía que lo encontraba más alto, que le había hecho bien el salitre de la zona".

En otra anécdotas del periplo, relata que tras presentarse en Rancagua viajaron el mismo día hacia la V Región. En Curacaví hicieron un alto en el camino. "Estaba almorzado con Ramón Valdés que era muy correcto, y estaba una pareja de jóvenes sentada al frente. Ella quería un autógrafo y fotos con don Ramón y él accedió de buena gana. La pareja iba de luna miel a Viña y don Ramón dijo que había que celebrar, y pidió una botella de champaña y armó una fiesta con canto y guitarra. Eran bien entretenidos todos, lo pasé muy bien". En su estadía en Viña del Mar, Chespirito quiso conocer balnearios y restaurantes de la zona costera como Papudo y Quintero, donde cuenta la leyenda que alguien le ofreció la escritura de su casa. Estaba fascinado con la costa. La despedida fue con una cena en el Casino.

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