Minutos de terror vivieron una madre y su hijo cuando se enfrentaron a un ladrón armado al interior de su domicilio.
El hecho se registró en el condominio Brasil Morris, ubicado en la avenida Brasil 2564. Eran pasadas las 21.00 horas y en uno de los departamentos ubicados en el primer piso, el joven Pablo Torrejón, de 26 años, descubrió en la cocina a un desconocido, el que previamente tras saltar la reja perimetral se metió por una ventana que no contaba con protección metálica. "Le pregunté qué hacía y se metió a una pieza chica tratando de huir, pero volvió a la cocina y sacó uno de nuestros cuchillos carniceros. Me amenazó y pidió que le diera plata, pero yo lo tranquilicé y le dije que no tenía. Me insistió con la plata y yo pensé que no iba a dejar que se llevara algo, así que le tiré una silla plástica y comenzamos a forcejear", dijo.
Ante el ruido, acudió también la madre del joven, de 45 años, y entre ambos tomaron las piernas del ladrón cuando trataba de huir por la misma ventana por la que entró. Para liberarse lanzó cortes hacia sus aprehensores, y uno de ellos le alcanzó en la ceja izquierda de Pablo, mientras que su madre por el esfuerzo en retener al antisocial sufrió un esguince en su hombro izquierdo, de acuerdo a la constatación de lesiones de ambos en el hospital Van Buren. Pablo describe al hampón como un quinceañero, estatura mediana, contextura delgada, moreno, pelo negro que vestía polerón con capucha.
falta vigilancia
Luis Martínez, administrador de la comunidad del edificio Brasil Morris, explican que cuentan con 60 cámaras de vigilancia que cubren el perímetro del condominio, los estacionamientos y jardines, pero en la calle la situación es inquietante. "Es un sector con mucha problemática. Sufrimos de robos a los automóviles, ingresos clandestinos a la comunidad... la delincuencia nos ha sobrepasado como ciudad y país", asegura. Martínez se queja del entorno, en especial de avenida Brasil, que es utilizada de camping por personas que llegan de afuera y se instalan con camas y petacas para delinquir, y como servicio higiénico en el verano cuando arriban vehículos de carga con comerciantes de frutas y verduras. "Falta mucha vigilancia policial, principalmente en la noche. En el día están los conserjes, pero de las 20.00 horas en adelante es tierra de nadie", asegura el administrador. J