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Los villalemaninos convierten sus hogares en museos navideños

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Impresionados y maravillados. Así quedan los niños e incluso los adultos que visitan la casa de la familia Estay-Contreras, que ha hecho de su vivienda del sector Los Torreones de Peñablanca, un verdadero museo dedicado a la Navidad, con adornos acumulados durante sus 25 años viviendo entre Nueva York y California.

Hace 8 años que viven en Villa Alemana, pues una hija estudia en Chile, por lo que alternan su estada en Estados Unidos con una temporada en nuestro país, entre noviembre y principios de marzo, y se han hecho conocidos en la comuna por ser una de las casas más llamativas durante estas fechas, ganando en dos ocasiones el Concurso de Ornamentación Navideña que organiza la municipalidad de Villa Alemana con la Cámara de Comercio, cuyo jurado, encabezado por la esposa del alcalde José Sabat, Andrea Srur, lleva recorriendo hace una semana la ciudad en busca de las casas más impregnadas del espíritu de las fiestas de fin de año.

Nelson Estay cuenta que en Villa Alemana decidieron abrir las puertas de su casa para compartir su espíritu navideño. "Los vecinos trajeron a los amigos, y los amigos a otros amigos…", dice, aclarando que su esposa es fanática de la Navidad, "ella es la que pone todo el talento".

Rossy Contreras cuenta que desde niña hacía manualidades por Navidad, las que sigue realizando y combinando con los adornos comprados en sus viajes y que instala a partir de septiembre, como la villa de Navidad, con trenes y centenares de miniaturas, que le toma cinco semanas.

Y como cada 24 de diciembre, el matrimonio Estay-Contreras se vestirá de Viejito y Viejita Pascuera para repartir dulces y recibir galletas, panes de pascua, ponche y regalitos de quienes los visitan, dejando en un lugar especial el nombre de los niños que se fascinan con cada uno de los ocho árboles navideños, luces y adornos de su casa. "Me llena el corazón", acota Rossy.

REPARTIR FELICIDAD

Una de las casas que participa este año en el concurso de la municipalidad -que también incluye al comercio- es la de Gabriela Muñoz, en Peñablanca, quien mantiene la tradición de transformar su casa cada Navidad hace 43 años, de los cuales hace unos 12 que abre a los vecinos. "Mi marido (Luis Zurita) es el de la idea, él fue el Viejo Pascuero de la Base Naval cuando estaba en Belloto, así que tiene su traje de aquellos años", rememora.

De los adornos explica que la mantelería y el cortinaje los ha hecho ella y que muchos adornos son reciclados y arreglados por su esposo, y que los ornamentos del jardín los entra todas las noche para que no se estropeen. "Los niños son los más felices. Uno ve cómo llegan niños con Síndrome de Down y la alegría que les ocasiona ver lo que hacemos. Se emociona uno...", dice.

En tanto, Valentín Pérez, es visitado por sus vecinos debido al colosal pesebre animado que construyó con sus propias manos en el patio de su casa en calle Arrieta. "Mi papá era carpintero y nos hacía la Navidad diferente a los 11 hermanos y por eso me dije que iba a hacer algo igual que él. Como tengo habilidades de electrónica, electricidad, manuales e imaginación, veo algo y lo creo", comenta, aludiendo a las figuras de su pesebre que realizó en papel maché y que inaugura cada 8 de diciembre en honor a la Virgen de lo Vásquez.

Valentín destaca el concurso que realiza la municipalidad, porque "incentiva a mucha gente que le gusta esto, que se sienta feliz por lo menos en estas fecha, porque digamos que hay tanto consumismo, andan todos corriendo para todos lados. Esto los motiva. Acá por ejemplo les tengo música y la gente se emociona", sentencia . J