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El "otro" Reñaca pasa el verano entre fecas y mal olor

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"El pueblo vive donde puede, el rico donde quiere", es la frase que repiten una y otra vez los vecinos de la población Villa Alegre y del campamento Villa La Cruz en Reñaca Alto. Ese Reñaca lejano y tan distinto al popular balneario siempre presente en las noticias veraniegas.

Separados por una pestilente calle - Avenida Huasco - cubierta desde hace 4 meses por aguas servidas, escombros y fecas, los vecinos de ambas comunidades enfrentan una misma realidad, pese a que los primeros tienen la "categoría" de vivir en lo suyo, mientras las cerca de 700 familias del campamento cumplen más de 20 años en la ilegalidad.

El colapso de una cámara de aguas servidas de Esval hace 4 meses ha significado que pobladores de ambos lados de la arteria, convivan con los malos olores y un foco pestilente de infecciones.

Lo peor de todo y dado que la locomoción colectiva no circula por esa arteria, Av. Huasco es el improvisado "patio" de unos 40 niños que a diario juegan en el sector, matando las horas de las vacaciones estivales sin posibilidad de "ir a Viña", como denominan el plan de la ciudad o la playa.

"Hace más de tres meses que estamos con agua de pozo que no es otra cosa que caca y desechos. Los niños ya no pueden ni jugar porque es mucha la caca, que baja desde aquí hasta el paradero 12. No tenemos ni agua. Esto pasó porque se rompió una cañería. Esval no quiere arreglar porque según ellos dicen que no estamos regularizados porque esto es una toma y es verdad, somos una toma, pero también somos personas", reclamó Jovita Vega, presidenta del comité San Valentín.

La dirigente recordó que hace dos años las autoridades comunales se comprometieron a regularizar sus terrenos, situación que hasta ahora no se concreta.

"El año 2013 la alcaldesa se comprometió a sanear nuestros terrenos, tenemos una carta firmada por ella", aseguró la dirigente.

Marina Maureira, dirigente de otro comité del sector recordó que precisamente en miras a la regularización de sus terrenos, se invirtieron 135 millones de pesos para hacer un estudio para la futura urbanización del campamento.

"Las familias están conectadas a la red de forma ilegal lo que sucede es un problema de gobierno. Aquí hay botados 135 millones de pesos para hacer un estudio donde van las alcantarillas, las vías de agua potable, donde van las calles, se hizo eso pero se nos pinponea de gobierno a gobierno y aquí no se soluciona. Esta población va a cumplir los 20 años y son más de 700 familias las afectadas", precisó la dirigente.

Mientras el tiempo pasa, los problemas se mantienen y van repitiéndose una y otra vez. Así lo precisa Guillermo Pizarro, quien reside en la calle Galvarino, en la zona urbanizada de la población y quien pese a ser cliente de Esval, no ha logrado obtener una solución al escurrimiento continuo de aguas servidas por su calle. "El agua servida pasa por el frente de mi casa yo tengo que tener las puertas y ventanas cerradas, el olor es insoportable.(...) Todos los que vivimos en la calle Galvarino somos clientes de Esval no nos responden. Esval no hace nada por ellos (los del campamento) ni por nosotros", precisó. J