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Gaviotas con bajón roban el pescado a vendedores

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Caminar por las calles porteñas, subir la mirada y ver un sinnúmero de aves sobre nuestras cabezas es algo más que común. Generalmente no le hacen daño a nadie, pero en ocasiones el hambre las obliga a cometer fechorías como robarle los pescados a los vendedores que se ubican en las calles del puerto. Claudio Neira, un comerciante que lleva más de 40 años vendiendo pescados, asegura que "las tenemos en invierno y en verano. Aquí les damos comida y por eso se acostumbran a venir a pedir.

Imagínate que yo no trabajo los días sábado, domingo ni lunes y las gaviotas no aparecen. Saben cuando venir, aquí las tratamos con cariño".

Gran sorpresa nos llevamos: los comerciantes son felices con ellas al lado, pese a que más de una vez les hacen salir "canas verdes" cuando se llevan sus productos a escondidas. Otras veces, sin embargo, "se suben acá al tablero y sacan. Uno ya las deja, son prácticamente de la familia. Hay que entenderlas, ya casi no encuentran peces en el mar, entonces vienen a pedir acá para no morirse de hambre. Ellas comen sardinas pero ya no se pueden encontrar; solo hay pescados grandes y ellas no pueden tomarlos así que vienen acá y piden rastrojos. Las gaviotas son parte de la ciudad así que no las voy a andar echando", confesó Claudio.

El amuleto

Es tanta la costumbre que tienen de lidiar con las aves, que los comerciantes ya las ven más como un amuleto de buena suerte que como una molestia. Así al menos nos confiesa Claudio Neira, quien contó que las gaviotas "nos dan bendición. Llego en la mañana y si están ahí esperándome, les tiro un trozo de pescado y así me va bien todo el día". J

Moda en Valpo: ebrios duermen en las bateas

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l Un llamado a colaborar con el trabajo del personal municipal de Valparaíso hizo el director de Operaciones, Eduardo Vilches, debido a que el programa del aseo que se está desarrollando en la comuna se ha encontrado con varias situaciones complejas.

En el último tiempo, se han presentado casos de personas que duermen y en estado de ebriedad dentro de las bateas donde se arroja la basura, además de que la gente acostumbra a botar la basura fuera de estos grandes tachos y esta situación no contribuye con los esfuerzos que se hacen para mejorar el aseo.

"Necesitamos de una comunidad más activa y que cambie sus malos hábitos. Las bateas se deben cuidar y darle el uso que corresponde, sin dormir dentro ni arrojar la basura afuera", expresó el profesional.

El jefe de servicios especiales de mantención de aseo, Gonzalo Díaz, sostuvo que "es complejo trabajar así, ya que al encontrarnos con personas dentro de las bateas es muy diíficil avanzar, ya que hay todo un trabajo extra para sacarlos y el personal tiene un plan específico y esto dificulta todo".

Agregó que "la gente al ver que algo pasa dentro de las bateas con personas dentro deja la basura afuera y otras, en todo caso, lo hacen igual lo cual no está aportando con la causa y este hábito hay que cambiarlo, si realmente se quiere un cambio en esta materia. El hábito del porteño es rreclamar, pero también tenemos responsabilidades que no se están cumpliendo para que el personal pueda ayudar como corresponde". J