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Explosión en peluquería: "de milagro estamos vivos"

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Acompañada por familiares y amigos en su hogar ubicado en la parte alta de Concón -y aún asustada y nerviosa, por lo sucedido en su lugar de trabajo- nos recibió la joven Andrea Astudillo Muñoz, la única funcionaria de la peluquería "Piel Canela" de calle Balmaceda, en pleno corazón de Reñaca, que resultó de milagro ilesa tras la explosión de gas que se produjo el martes por la mañana en el local y que dejó heridos al estilista argentino Ariel Selin, al dueño y jefe de la peluquería, Ismael Fernández Vargas y a la dueña de la Clínica Veterinaria Costa Vet, Carla Ulloa.

"Nosotros abrimos normalmente a las diez de la mañana, pero hoy (el martes) llegué más temprano, ya que tenía que hacer aseo. Llegué un cuarto para las nueve y ya desde la calle que sentí un olor extraño a gas, que pensé que venía del estero. Y mientras más me acercaba a la peluquería, más fuerte era el olor. En eso llego, abro el candado, saco la reja, entro y me tuve que poner un pañuelito para entrar, saqué la alarma, abrí la puerta y salí, ya que el olor era muy fuerte", nos relató Andrea Astudillo, mientras su teléfono celular no dejaba de sonar.

-Dejé las dos puertas abiertas, cerré la reja y fui donde el Ariel (Selin), que vive en el mismo edificio. De ahí le grité... Ariel... hay una fuga de gas en la peluquería y el me dice... cheee, ya voy. Entonces llega, yo le digo con cuidado Ariel, no vaya a explotar el local y él me dice... no, quédate tranquila. Yo en eso le dije que no bajara al subterráneo, ya que el olor ahí era más fuerte... era imposible bajar, y que había escuchado un ruido, como cuando usas un aerosol en spray, que venía de la oficina de don Ismael (el jefe).

-Qué sí, que de ahí venía el olor, pero no nos explicábamos de donde, ya que no sabíamos de ninguna cañería ni nada en ese sector. Así que al final salimos y de ahí llamamos a don Ismael y le contamos. Y el nos dijo que detrás de una caja, había una llave de paso... que la corra. Ariel hizo eso y se acabó el zumbido, pero el olor seguía igual. La llave estaba abierta, el por qué... no sé. Lo extraño es que nadie tenía acceso a ese lugar y nosotros ni siquiera sabíamos que existía esa llave, ya que no había porque abrirla ni cerrarla ya que esa llave no alimentaba de gas a la peluquería.

-Cerró la llave de paso y después cortó el suministro del local uno, desde el edificio, para parar toda fuga. Ya después de eso entramos, yo ingresé a la cocina, ventilamos un poco, don Ismael que llegó a las diez prendió las luces y revisó todo, Yo igual le decía a don Ismael que no se quede mucho raro adentro porque estaba hediondo. Arriba se pasó un poco el olor, pero abajo en el subterráneo, no se podía bajar.

LLAMADA A BOMBEROS

"Como el olor era tan fuerte y ya me dolía la cabeza y tenía ganas de vomitar, yo salí del lugar... me quedé afuera. Estuve un rato al frente y en eso llega la veterinaria al local de al lado (Carla Ulloa) y me dice... andreita, hay olor a gas. Yo entonces le cuento que hay una tremenda fuga, pero que ya estábamos ventilando. De ahí incluso le dije al Ariel que fuera al edificio y toque los timbres de los departamentos, ya que no vaya a ser que haya gente muerta intoxicada por el gas que de seguro estuvo toda la noche. Después vi a la gente arriba, que estaban bien y nos dejamos de preocupar. Y la Carla entonces le dice a don Ismael... no será conveniente que llamemos a los bomberos. Y ella está en eso, marca a un amigo que era bombero, alcanza a hablar cuatro palabras... y todo explota", relata con exactitud la joven Andrea.

MINUTOS DE HORROR

-Yo estaba de lado, sentada. La explosión me pasó por el costado y no me pasó nada. Pero la Carla salió volando y quedó al medio de la calle y él quedó debajo de la reja, en la cuneta. Él estaba de frente a la peluquería, así que le cayeron todos los vidrios encima. Y de don Ismael, no tenía idea. Yo atiné a salir pidiendo ayuda ya que pensé que mi jefe estaba muerto, enterrado en el local.

-Llegaron al tiro, al poco rato. Ellos entraron mientras que de pronto veo al Ariel pararse mareado y ensangrentado. Yo le dije que se saque la chaqueta y le enrollé la cabeza, ya que sangraba mucho. Yo le dije sal de ahí y siéntate, ya que el Ariel quería ir a ayudar a la Carla.

-Yo de ahí me senté, llamé para mi casa, llamé al Sebastián (su pololo) y de repente veo que el paramédico me llamaba, ya que don Ismael quería hablar conmigo. Yo voy, lo veo todo quemado, pelado, blanco, con todo rasgado y con todo el cuerpo despellejado. Él estaba adentro en su oficina y me hizo un gesto para que me quede con sus cosas. Y de ahí se lo llevaron en la ambulancia mientras yo le decía que se fuese tranquilo.

-Así es... de milagro estamos vivos. Yo gracias a Dios no estuve al frente de la explosión, pero te juro que pensé en lo peor. Fue algo terrible, comentó la joven peluquera. J