Ejercicio contagioso
La semana pasada hablamos de cómo el ejercicio servía de terapia en muchas oportunidades de una forma más que física, mental.
Siguiendo por el mismo rumbo quiero tocar el tema del ejercicio como una disciplina naturalmente contagiosa.
Con el correr de las semanas me he dado cuenta que si alguien de tu entorno comienza a hacer deporte es muy probable que te pique el bichito y por lo menos pienses "¿y por qué yo no estoy haciendo nada?".
Hoy con la tecnología de las redes sociales que nos permiten estar conectados casi el 100% del tiempo, es más fácil aún "contagiarse" de lo que se podría llamar la moda veraniega del deporte lo que me parece extremadamente bueno.
En mi caso, por ejemplo, todos los integrantes del núcleo familiar nos hemos ido contagiando con esto del deporte.
Los más pequeños de ocho y cuatro años me acompañan, a su propio ritmo, en una que otra rutina de ejercicios que llevo a cabo en mi casa cuando no puedo realizar mi entrenamiento de crossfit en Volor Crossfit de Viña del Mar. Lo bueno de eso es que los que practicamos deporte en forma medianamente regular podemos comenzar a expandir nuestras disciplinas para el beneficio de otros. No veo el deporte, como lo he dicho en otras oportunidades, como una instancia en la que debas encerrarte en tu mente para poder realizarlo. Al contrario, hoy en día el deporte es más social que nunca; el deporte debemos practicarlo en espacios abiertos o con un grupo de amigos.
Es fundamental el apoyo para los nuevos que se integran a practicar alguna disciplina y también es fundamental que los que llevamos un poco más de tiempo, en mi caso un par de meses, nos mantengamos con pie fuerte en lograr nuestros objetivos.
Pero ¿cuál debería ser el objetivo que debemos perseguir a la hora de hacer deporte? Muchos deben tener sus propias aspiraciones con respecto al tema, pero creo que debemos subir un escalón más con respecto a pensar que si hacemos ejercicios vamos a tener un cuerpo privilegiado con un abdomen marcado o una espalda ancha.
Creo que debemos pensar que el deporte es una de las tantas soluciones para ser feliz en la vida, que es un cheque a fecha y que cada vez que nos movemos estamos haciendo algo realmente bueno por nosotros. El abdomen marcado y la espalda ancha sólo serán una consecuencia del trabajo que estemos realizando.