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La historia del Santiago Pavlovic de El Melón

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"¿Me salió igual la voz?, ¿la gente quá ha dicho?, ¿les gustó el video?" Esas palabras corresponden a Milton Eduardo Gasquez, un dulcero de esos que se ganan la vida todo el día a la orilla de la ruta vendiendo cachitos, empolvados, lengüitas, palitas y cuánta variedad se esconde al interior de un canasto. Es miércoles y disfruta de la tranquilidad de la playa junto a su familia. Sin saberlo, mientras camina descalzo por la arena de las playas en Ventanas su rostro quedaba inmortalizado por miles de personas en las redes sociales. ¿Qué hizo?, simplemente exhibió una faceta conocida en su entorno: imitar al periodista Santiago Pavlovic.

El autor del registro, Patricio Cisternas, un hombre ligado a las comunicaciones y que hoy dedica su tiempo en dos proyectos: la fiesta de Chile (programa que emitirá CHV); y Hacedor de Hambre, el espacio culinario que le permitió conocer al protagonista de esta historia, Milton.

Cuenta del otro lado del teléfono este director y productor que Hacedor de Hambre tiene por objetivo recorrer Chile mostrando la riqueza culinaria que existe en los rincones del país. "Hace seis meses grabé a don Luis, un viejito de lentes con una memoria política única, y de pronto llega al lado su compañero de trabajo, y de inmediato se pone a pelusear", relata Cisternas. Y sigue: "la semana pasada dije, tengo que ir a buscar al Hermano Milton, evangélico de tomo y lomo, cristiano y muy característico de la zona, vende dulces de La Ligua hace 20 años y es muy buen imitador".

Así partió Cisternas con su equipo. Tomaron la ruta 5 norte, y luego de pasar por El Melón salieron de la panamericana para enlazar con la concesionada vía Nogales - Puchuncaví, esa que en la costa pasea por Maitencillo, Papudo, Cachagua y Zapallar. Ahí, a pocos metros de una abandonada línea férrea estaban Luis y Milton. "Comenzamos a grabar, hicimos un video promocional y justo llegó el Hermano Milton, y yo le digo baile para la cámara, y él me dice, Hermano Patricio (yo también soy cristiano) 'usted sabe que no puedo bailar', como se fue tan en la negativa, lo que hice fue cortar las cámaras y le dije, 'déjame hacerte famoso, imítame a Pavlovic y te voy a hacer famoso', y me dice, 'bueno hermano'. Tomo el celular, y comienza el registro", cuenta Cisternas.

Dicho esto, Milton muetras los dotes que aprendió en el taller de teatro del Guillermo Rivera y que practica hoy en la población La Unión de El Melón. Lo único artístico, no para nada, Milton confiesa cantarle al señor, aunque no se identifica con ninguna iglesia cristiana.

El video

Y de ahí en más parte la historia viral de Milton. El equipo y uno que otro parroquiano que andaba por el lugar a tono de voz imita esa clásica cortina de Informe Especial, la cámara lo muestra, su parecido físico no es tal, pero su voz ofrece sorpresas, a ojos cerrados es el periodista de TVN el que se escucha. "Son las 20.30 minutos y nos encontramos en la superficie del portaaviones Abraham Lincoln", parte diciendo la voz. Luego, Isis, Irak, el Pentágono, y el anuncio de lo que para muchos es la tercera guerra mundial. Quienes están ahí no pueden esconder la risa. A ritmo de Pavlovic el dulcero que estudió en el Guillermo Rivera de Valparaíso termina su despacho. Aplausos y miles de personas que lo aclaman al otro lado de la pantalla.

Cisternas, no para de alabar la performance del Hermano Milton. Asegura que no sólo imita a Pavlovic, sino que también a Augusto Pinochet y hasta Don Francisco. "Lo grabé el martes, lo subí y la locura es total", cuenta el productor y director de televisión.

El hermano Milton

Con el video ya siendo viral vamos tras Milton, su lugar está vacío. Don Luis, el amigo que lo escucha todos los días y con quien parte el oficio de la venta de los dulces de La Ligua cuenta que su compadre se fue a la playa, "es que acá trabajamos todo el año y la familia hace lo mismo, hoy se tomaron libre, y se fueron a Ventanas", dice.

A los minutos tenemos al protagonista del video al otro lado del teléfono. Se pregunta si el registro nos gustó, si la voz le salió bien. Milton, desconoce que mientras él disfrutaba de la playa, su imitación es sensación en las redes sociales. Con alegría tras conocer ese impacto, dialoga.

- Yo no soy humorista, tampoco cómico, lo que pasa es que me he dedicado varios años a imitar a Santiago Pavlovic y me agrada como trabaja y cuando yo lo imito, me transformo en él no más".

- Del terremoto de Sumatra (11 de abril de 2012)".

- Lo que pasa es que yo vendo dulces, estaba en el cruce Zapallar - Cachagua he hice hice dedo porque había tomado un bus y me tenía que devolver y un auto me paró, venía una pareja y me dijeron suba atrás. Luego me saludó el caballero y era Santiago Pavlovic.

- Claro, yo después le dije usted es Santiago Pavlovic, él me dijo si, y yo le dije, acaso no sabe del terremoto que hubo en Sumatra y donde murieron muchas personas. Me dijo no, voy a comunicarme con el departamento de prensa.

- No, lo que pasa es que tras ese día pasó como un año y comencé a hablar bajo, y me salía la voz parecída, y la perfeccioné, los modales, gestos, la parada, voz baja, alta, media; y la gente cuando lo escuchaba se impresionaba.

- Es muy dificil el tono que tiene él. Por eso yo no he visto gente que lo imite a la perfección, pero no se, es cosa de la naturaleza, a mi me sale y eso es lo que a la gente le causa sensación, se rien, eso es todo lo que tengo, no soy artista ni humorista.

- Yo vendo dulces en los buses Palmira, me subo arriba y le pido a los pasajeros que se queden callados porque hablaré como Santiago Pavlovic. Ahí les narro del secuestro del bus, les digo los comandos terrotiristas están disfrazados de pasteleros y la gente se rie y me compra dulces. A la gente le gusta la voz misteriosa. El tono de Pavlovic es muy original en relación a los otros periodistas, porque le da seriedad a la noticia.

- Se rien.

- Yo me perfeccioné en estos dos -Santiago Pavlovic y Augusto Pinochet-, pero siempre he pensado que lo hago más con Pavlovic.

- Claro, cuando yo imito no va dentro de un montón y eso es lo que aburre, cuando uno se dedica a una sola personas eso produce mejor impacto a la gente". J