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Tata pasó tres días botado en quebrada junto a su perra

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Que el perro es el mejor amigo del hombre quedó refrendado ayer, tras conocerse la singular historia de un anciano porteño que fue rescatado tras permanecer tres días aislado en una quebrada, donde siempre estuvo acompañado por su fiel amiga "Chola".

El fin de semana vecinos ubicados al final de la calle Campanilla de cerro Cordillera, sintieron constantes ladridos provenientes de una quebrada de unos 60 metros. La frondosa vegetación no permitía ver lo que sucedía abajo y no le dieron mayor importancia. Ayer en la mañana los ladridos se mezclaron con los quejidos y pedidos de auxilio de una persona, por lo que testigos alertaron a Carabineros de la tenencia Cordillera. En un lugar casi inaccesible, y con la ayuda del lugareño Bernardo Alvarez, los uniformados se abrieron paso entre las zarzamoras con un machete; a "punta y codo" se arrastraron hasta llegar a un anciano que estaba en malas condiciones tendido en el suelo, a un costado de un colector de aguas servidas. Al lado del hombre se hallaba una perra de color negro. Se solicitó al Gope que acudiera al rescate, los que descendieron para inmovilizar al lesionado, que se hallaba deshidratado por falta de agua y comida. Bomberos prestó apoyo. Se trataba de Jorge Bravo Chapa, de 86 años. Reside en calle Chaparro y la tarde del viernes salió de su casa junto a su perrita "Chola". Se suponía que iría a una iglesia evangélica, pero tras desorientarse se metió hasta una escarpada ladera y terminó cayendo hasta el fondo. Allí se mantuvo sin agua ni comida, sólo vigilado de cerca por su can que en las noches le brindó calor cuando bajaba la temperatura. El hombre estaba consciente, no presentaba fracturas y pedía agua a los rescatistas en forma insistente. No recordaba la forma en que llegó a ese sector.

Rosa Bravo, hija del afectado, indicó que desde el viernes lo buscaron en forma desesperada por los alrededores, fueron noches sin dormir y estamparon una denuncia por presunta desgracia en Carabineros. Incluso fueron a la morgue a reconocer un cuerpo pensando que era él. Ayer ella y sus hermanas -son ocho hijos- lloraron y agradecieron a los rescatistas por la labor desplegada. También mimaron a la Chola. "Es su perra fiel, la tiene de bebé hace unos tres años. Ella lo acompaña a todas partes". La mujer señala que un sobrino de su padre fue asesinado en 2012 y él quedó con una leve depresión, además de presentar demencia senil y principio de alzheimer. El anciano fue llevado en camilla hasta una ambulancia del Samu para luego ser derivado al Van Buren. Su amiga "Chola" quiso irse con él, pero no fue posible. También recibió agua, comida y palabras de cariño por su fidelidad a toda prueba... ella sólo miraba el vehículo aguardando a su amo al que no abandonó y al que seguirá acompañando cuando se recupere. J