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Peineta: "Quedan menos románticos"

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A 24 horas del Día del Amor Jorge Garcés dice que no espera nada del amor. El entrenador, hoy cesante y adicto a ver partidos de fútbol, considera que el romanticismo está en decadencia. Las nuevas generaciones, filosofa Peineta, han perdido la delicadeza: todo es inmediato. "Hoy viven el día, se toman el día, se fuman el día. La juventud es otra cosa", analiza.

El amor verdadero, opina Garcés, va desapareciendo. Las relaciones se han vuelto superficiales, cada vez más fugaces. El 14 de febrero, ejemplifica, es una muestra de aquello. "Es un día muy comercial", plantea. Luego agrega: "No me gusta mucho. Si quieres a alguien realmente, se lo vas a demostrar los 365 días del año. No tiene por qué ser en una fecha que a alguien se le ocurre inventar".

-Sí, soy un chapado a la antigua. Me gusta la música romántica, los detalles. Tengo un concepto de la mujer muy romántico.

-No, para nada. A mí no me individualices en esto, voy a aparecer diciendo que soy el último y la gente se va a cagar de la risa. Todavía quedan, pero al paso que vamos no en demasiado tiempo se van a ir perdiendo.

-Va a sobrevivir, pero en menor escala. Cada vez quedan menos. De aquí a 20 años más se va a escuchar mucho menos de esto.

-A ver, el legado que nos dejaron nuestros padres: abrir la puerta del auto, prender el cigarrillo. Regalo flores también, pero en ocasiones muy puntuales.

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-No, no tanto. Si uno en la vida abraza una actividad pública como esta (el fútbol), tampoco puedes definir si ha sido por eso que has tenido más posibilidades de conocer gente o es por ti mismo.

La mujer de la vida

El DT confía a La Estrella que en este momento de su vida, exactamente a tres meses de cumplir 61 años, es un hombre decepcionado. Opina que ha dado mucho a cambio de poco. El fútbol, asegura Garcés, está en deuda con él. "Si hubiera sido extranjero no me habrían puesto 'Peineta', sería 'El Elegante' o cualquier otra cosa", imagina.

-No, yo a estas alturas no espero nada. Vivo tranquilo, quién sabe lo que la vida nos puede deparar. J