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Apóstol de Antares podría quedar libre de polvo y paja

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Trastorno delirante compartido es el diagnóstico de Pablo Undurraga Atria que la defensa está presentando para que su representado sea sobreseído de la causa. El joven está siendo investigado por la muerte de un lactante en noviembre de 2012, en el marco del conocido "Caso Secta".

Undurraga Atria era mano derecha de Ramón Castillo Gaete, alias Antares de la Luz, y quien por estos días podría quedar libre de polvo y paja.

Fueron cinco los informes siquiátricos preparados donde intervinieron alrededor de 20 profesionales quienes llegaron a ese veredicto, sin embargo, un metaperitaje solicitado por la fiscalía podría echar por tierra el trabajo de la PDI, del hospital siquiátrico Horwitz y de otros dos profesionales.

el diagnóstico

Para el hospital Horwitz, Undurraga al momento de los hechos presentaba un "trastorno delirante compartido, desarrollo delirante de tipo místico religioso. Éste se encontraba sicótico al momento de los hechos en investigación, lo que corresponde a la categoría de enajenación mental". La conclusión de la PDI es similar, habla de un "trastorno sicótico compartido en remisión, trastorno bipolar tipo dos, trastorno de personalidad por evitación, trastorno límite de personalidad y rasgos obsesivos".

Por su parte, en el peritaje del doctor Gustavo Murillo, quien fue el primero en evaluarlo se desprende que "después del proceso de sugestión aceptaba las ideas de Antares, adquiriendo el carácter de idea delirante por contagio provocando una locura inducida". Estos y otro informe similar podrían haber dado el sobreseimiento definitivo, sin embargo, según demostró la fiscalía, ninguno hizo un informe siquiátrico forense a Ramón Castillo y partieron de la base de que Castillo era un enajenado mental.

la tesis de la fiscalía

Según señaló en la audiencia el fiscal Juan Emilio Gatica, para que exista un trastorno sicótico compartido deben haber requisitos ineludibles, como que el caso primario, en este caso Antares de la Luz, tenga un trastorno sicótico delirante lo que se descarta por cuanto la conducta de Ramón Castillo indica que no era más que una persona que se aprovechaba del resto. Otro de los requisitos para que exista un delirio compartido es que no exista consumo de drogas, hecho que al interior de la secta se usaba cada vez más; lo que traía como consecuencias las alucinaciones.

"Para diagnosticar el delirio compartido se requiere de dos personas, un sujeto primario que contagia al secundario la locura y el sujeto primario, que en este caso sería Ramón Castillo, debiese tener alguna sicosis delirante y eso no está claramente fundado (...) El hecho de consumir drogas, de esconderse, de aprovecharse de las personas, de solicitar dinero, de ir cambiando la versión o su visión del mundo conforme a las circunstancias del caso no es propio de los enajenados mentales", sostuvo.

Para hoy a las 9.00 de la mañana quedó fijada la audiencia que determinará el posible sobreseimiento de Undurraga. J