El fernet me salió hasta por las orejas
Vengo llegando de Córdoba y traigo la respuesta a una de las grandes interrogantes de Latinoamérica: ¿por qué los argentinos son menos curaditos que los chilenos?
En las discusiones que he sostenido hay muchos argumentos: que el vino chileno es muy rico y el argentino un vinagrillo de mal sabor; que los argentinos prefieren las drogas (cocaína, ácidos, éxtasis) al copete; que los chilenos tenemos mucha sangre mapuche y esos locos eran secos para tomar y bla, bla bla.
Creo que la verdad está en el nombre de un trago: el Fernet. No sé a quién se le habrá ocurrido tirarle cocacola a un licor de hierbas (parecido a nuestro Araucano) y transformarlo en la bebida oficial de los curaditos argentinos.
LLegué a esa conclusión después de tirarme litros y litros de esta bebida, durante tres días, en el recital Cosquín Rock, que desde hace 15 años se desarrolla en esa localidad, muy cerca de Córdoba.
En el concierto vendían cervezas y este famoso Fernet. Un vaso de medio litro costaba 130 peso argentinos, como 10 luquitas chilenas. Junto con mi novia, el primer día, nos tomamos como siete (en realidad no podría ser capaz de definir una cifra exacta). Como el licor está fabricado con hierbas, sentía que desde los poros de mi piel y desde mis neuronas emanaba un olor a pradera, a musgo después de la lluvia. Y no era bueno.
Al tercer día de recital sentía el olor a Fernet y una arcada me salía del cuerpo. Lo que el pisco se había demorado 10 años en profundizar en mi cuerpo, el Fernet lo había logrado en horas. Fue ahí que se me encendió la ampolleta y me dije: "Por eso estos argentinos no son tan buenos para el trago, ya que a los 15 años se deben mandar la media borrachera con Fernet y después quedan con la azotea llena".
Otra de las cosas que descubrí en mi viaje es que los argentinos están fabricando un Malbec que puede ponerse a pelear con cualquier Cabernet o Carmenere nacional. En un restorán pituquito de Córdoba, llamado "Las Chilcas", bañé mis papilas alcohólicas con un Nieto Senetiner reserva Malbec del año 2013. Creo que ha sido uno de los vinos más enternecedores (por ocupar alguna palabra que se acomode al momento), que he probado en mi vida. Cuando el petróleo bajaba por el gaznate, creí ver a Dios y al diablo en un microsegundo. Fue algo potente y que me derribó totalmente el mito que el vino argentino es malo.
Hay cosas que sólo se conocen viajando... y tomando.