Halló a hermano perdido en vertedero hace 8 años
Casi ocho años ha durado el calvario para la suplementera playanchina Margot Zúñiga, tiempo en el que no ha podido vivir su duelo, pero al parecer después de tanta lucha por fin las nubes se disipan en el horizonte, y está próxima a cerrar este doloroso capítulo en su vida.
En julio de 2007 el hermano de Margot, llamado Víctor Leocadio, reciclaba la basura que los camiones municipales descargan en las celdas de acopio del relleno sanitario El Molle, a un costado de La Pólvora. En esa faena fue arrollado por el vehículo y sepultado bajo toneladas de desechos. Allí para la familia de la víctima comenzó la pesadilla y una serie de irregularidades, porque la administración del vertedero y Carabineros alertaron a la Fiscalía cuatro días después de la tragedia. Por este motivo hubo acciones judiciales en contra de los responsables. Hubo excavaciones en el área, un chofer municipal fue formalizado y dejado en libertad, un testigo del incidente fue sobreseído, e incluso se mantiene hoy una causa en la Fiscalía Militar por el cuestionado procedimiento policial.
Margot Zúñiga ha gastado la plata que no tiene -con embargo incluido- en abogados para encontrar la verdad y, lo principal, dar con el paradero de los restos de su querido hermano para una cristiana sepultura. Ha entregado muestras de ADN cuando han aparecido cadáveres en el área, y hasta síquicos intervinieron en la búsqueda.
HALLAZGO
El ánimo de Margot no decayó, siempre mantuvo la esperanza, y las alarmas se encendieron a fines de enero de este año, cuando en el fundo El Manzano personal de Conaf se topó con restos humanos en una fosa. Eran un cráneo y huesos largos sin las extremidades superiores e inferiores. Peritajes preliminares realizados por la Brigada de Homicidios establecieron que correspondían a un varón, con una data de muerte de 5 a 7 años. Esta semana Margot acudió hasta el cuartel policial a reconocer unas prendas halladas junto a las osamentas. "Se trataba de un polerón y una polera cuyos colores son muy típicos a los que utilizaba mi hermano. La ropa está dañada pero sería la misma de él; pero lo que más me impactó fue un zapato mocasín que era el que usaba mi hermano porque yo se los compraba. El calzaba 39 y es su mismo número", asegura la suplementera. El hallazgo se produjo en una fosa cercana a la vivienda en la que pernoctaba su familiar. Ella piensa que tras el deceso de Víctor en el vertedero, éste fue sacado del lugar por terceros hasta el sitio del hallazgo. De ahí en la demora en comunicar el hecho a las autoridades.
En el Servicio Médico Legal porteño ya existe un perfil genético de las osamentas, y ahora falta que el fiscal del caso, Javier Carrasco, disponga que Margot entregue una muestra para la comparación que permita corroborar o descartar que se trata de Víctor. "La data de muerte coincide y sus ropas y el zapato. Estoy segura que son de él. Mi familia y yo sólo aspiramos a cerrar esta historia, que mi hermano descanse en el cementerio en un lugar limpio. Que se acabe esta angustia de no tenerlo que no me ha dejado vivir tranquila", afirma ilusionada Margot, que espera ansiosa el llamado para los exámenes que comprueben que es su amado Víctor. J