Durante 17 años seguidos he trabajado en el Festival de la Canción de Viña del Mar. Durante todo este tiempo mi labor siempre ha sido la misma: me voy a la galería, busco cosas raras, freaks, extrañas y divertidas y hago las conferencias de prensa que los artistas, en algunas ocasiones, realizan en la carpa de prensa. A veces voy a la Cruz Roja o a carabineros y sacó información para alguna nota especial.
En todos estos años he visto de todo. Pero de todo. Al final de la década del 90 corría mucho trago en la carpa de prensa. Habían empresas de licores que se dedicaban a emborrachar a los periodistas, que son tipos que por naturaleza son secos para empinar el codito. Se instalaban en mesas y ofrecían degustaciones de cerveza o pisco. Una vez encontré a un reportero gráfico tirado en uno de los jardines de la Quinta Vergara. Sus equipos fotográficos estaban a su lado, pero el hombre estaba con un nocaut alcohólico. Lo protegí hasta que despertó.
En otra ocasión un reportero amigo, especialista en música, llegó tan ebrio a trabajar al Festival (había estado entrevistando a Pancho Puelma en el Hotel O'Higgins) que lo sacaron rápidamente de un ala, mientras gritaba como si le estuvieran retorciendo la cabeza.
Hace como 10 años la pararon con el trago. Pero eso no significa que los reporteros anden completamente sobrios. Muchos llevan sus petaquitas para capear el frío de la noche festivalera, pero jamás se volvieron a ver los espectáculos de antes. Todo tiempo pasado fue mejor.
De cosas que me han dejado impactado en todos estos años, lo más heavy metal ha sido la antorcha que Enrique Iglesias le lanzó a una mujer del público , rompiéndole la cabeza. Tuve que seguir a la señora al hospital y sólo decía, "no lo demandaré, sólo lo quiero conocer".
Me gusta la galería, me emociona. He visto a 10 mil personas cantando las canciones de Miguel Bosé y Ana Torroja, de 31 minutos o de Camilo Sesto y siempre los ojos se me llenan de agua y una sensación profunda invade mi cerebro. Es intenso y eso que no estoy hablando de calidad musical, sino que de miles de personas que se unen en torno a una canción y ponen todas sus esperanzas en ello. Me gusta el Festival de Viña.
¿Algún problema?