Milagroso escape de niño en derrumbe de su casa
Pudo ser una tragedia de proporciones, con desgracias personales, pero sólo daños materiales de consideración fue el resultado de un derrumbe en el cerro Larraín.
El incidente se registró ayer en una antigua vivienda de adobe asignada con el N° 452 de la calle Zenteno. Faltaban pocos minutos para las 08.00 horas, cuando un muro divisorio se desplomó sobre el living comedor y el jardín de un inmueble vecino. "Nos alistábamos para irnos al colegio, y mi hijo menor Cristopher de 5 años estaba en el comedor. Se sintió un ruido enorme y lo veo corriendo hacia el dormitorio, mientras que la pared se caía hacia adentro. Si no arranca queda debajo de todo", expresa Claudia Serey, dueña de casa que es madre de otros cuatro hijos, los que también salvaron ilesos, ya que dos estaban en sus colegios y los otros en sus habitaciones. Una vez disipada la nube de polvo, los moradores vieron que los escombros destrozaron muebles, artículos electrónicos y de ornamentación, bicicletas y juguetes, entre otras especies de valor. Claudia cuenta que hace tres años arrendaban el inmueble por necesidad económica. Su marido le había realizado algunos arreglos, en especial al frontis que hace un año y medio también se vino abajo. Ella agradece que nadie de la familia resultara lesionado, pero se muestra molesta con la actitud de la propietaria, que se niega a asumir los costos de los daños a sus bienes. "Ella sabía lo que iba a pasar y ahora se lavó las manos. Dijo que era mejor para ella que esto se derrumbara. Del municipio nos indicaron que podían ayudar con el retiro de escombros y entregarnos una mediagua, pero no tenemos terreno donde instalarla", sostuvo la damnificada, que al cierre de esta edición esperaba ayuda de la gobernación provincial para que su familia tuviera un lugar donde pernoctar. J