Aunque el viernes se hablaba que el incendio del camino La Pólvora avanzaba peligrosamente hacia la parte alta de la Ciudad Jardín lo cierto es que las llamas no alcanzaron a llegar hasta el campamento Felipe Camiroaga. A pesar de eso, igualmente hubo una evacuación preventiva. Sólo algunos decidieron abandonar sus casas. Sin embargo, al efectuar un recorrido por el campamento - el segundo más grande de la comuna - lo cierto es que el fuego no alcanzó, por fortuna, a cruzar la ruta 66. La mayor angustia de los pobladores era que, durante el incendio, la población se encontraba sin suministro de agua, temiendo muchos no tener cómo enfrentar la eventual llegada del fuego.

"Si uno mira ahora se da cuenta que el fuego no llegó al campamento, pero la angustia existía porque estábamos y aún estamos sin agua. Se rompió una matriz de Esval y es por eso que ahora andan los camiones aljibes repartiendo agua", explicó Carmen Parra, dirigente de uno de los 14 comités que conforman el campamento y quien destacó la presencia de carabineros, militares y el municipio durante las horas posteriores al siniestro.

Desde Esval informaron que "en un hecho que no tiene vinculación con el siniestro, se presentó una rotura en la impulsión que abastece el sector alto de Forestal, particularmente las poblaciones Las Palmeras, René Schneider y Puerto Aysén". La sanitaria responsabilizó a los habitantes del campamento de intervenir esta tubería. J

l Fueron la sensación de los noticieros y programas de TV el fin de semana. Sepa aquí la historia de La Negra, la heroica perrita que salvó del fuego a sus nueve cachorros en Rodelillo.

Tatiano Contreras es guardia de seguridad de la terminal de Buses Verde Mar. Cuenta que tres años atrás adoptaron a la mascota bautizada como Negra. Se encariñaron con ella, la alimentaron y protegieron del frío y el calor. Ella respondió siendo una excelente guardiana. Hace un tiempo por un amor fugaz quedó preñada, y dio a luz en la quebrada a una primera camada de ocho cachorros repartidos entre el personal. Pasó el tiempo y la Negra volvió a quedar encinta. Nuevamente los guardias y choferes se aprontaban a adoptar a sus hijos. La semana pasada nacieron, pero el viernes vino el drama del incendio. Felizmente la mamá los ocultó en un hoyo en la tierra donde los había parido días antes. En el afán por sacar las máquinas de pasajeros y evitar que un surtidor de combustible fuera alcanzado por las llamas, los trabajadores no supieron en un primer momento de la Negra y sus crías. Gracias a su instinto de protección resguardó bajo tierra a sus retoños, y luego cavó un hoyo debajo de un container, donde fue encontrada ilesa. Ante la sorpresa de numerosos testigos, los nueve canes salieron sin un rasguño a la superficie arrasada por el fuego.

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