Combatiendo el siniestro hallaron plantas de yerba
l Ayer mientras personal de la Conaf combatía un foco del siniestro cerca del enlace con la ruta Las Palmas, en un sector de tomas, descubrieron una plantación de cannabis sativa. Se dio cuenta a Carabineros de la sección Forestal y al OS-7 de Valparaíso, que acudieron al lugar. El cultivo ilegal constaba de 128 plantas de entre 90 centímetros y 1.10 metros. La droga fue remitida al Servicio de Salud para el análisis. J
La historia de la única fallecida del incendio del viernes 13
Un niño se aferra al féretro de su abuela y la mira por el vidrio buscando una explicación a su inesperada partida. La triste escena se vio ayer en una iglesia de Playa Ancha, donde fue el adiós definitivo a la única víctima fatal del incendio del pasado viernes 13.
Mirta Raquel Rutherford Ryks, de 67 años, hija de colonos alemanes afincados en Ancud, llegó hace tiempo a la Región de Valparaíso. Acá encontró el amor y engendró a tres hijos que le dieron ocho nietos, a los que visitaba frecuentemente. En lo laboral trabajó de garzona y después se dedicó a la crianza de niños.
Mirta residía sola hace unos 15 años en un departamento ubicado en el condominio Santa Teresita, parte alta de Rodelillo. El pasado viernes almorzó con dos hijos en la casa de uno de ellos en Gómez Carreño. En la tarde se suponía iba al domicilio de su hija menor Mirta, en Playa Ancha, pero en el camino se enteró de lo que ocurría con el incendio en la parte alta de Rodelillo, cerca de su hogar. Quiso ir a ver lo que sucedía, temiendo que las llamas alcanzaran la vivienda. "Cuando llegó al cerro ya estaba el incendio y junto a todos los pasajeros la bajaron de la micro a la altura de la tenencia Rodelillo. Ahí comenzó a caminar hacia arriba con unos vecinos, que la vieron que comenzó a toser y botar sangre", cuenta Mirta Gutiérrez, hija de la sexagenaria. Hablaron por última vez poco antes de las 19.00 horas, donde su progenitora le dijo que ya se devolvía en micro a Playa Ancha. Pero no pudo, ya que a esa altura el aire se tornaba irrespirable por el humo, sumado a la angustia y pánico de los residentes, la señora Mirta comenzó a colapsar. Fue llevada en una patrulla de Carabineros hasta Tierras Rojas donde la subieron a una ambulancia del Samu, que la trasladó hasta la Unidad de Urgencia del hospital Carlos Van Buren, donde los médicos trataron de reanimarla. Sufrió un edema pulmonar que derivó en un paro cardiorrespiratorio que terminó con su vida. "Ella era hipertensa y crónica asmática. Incluso en su mano tenía un salbutamol. Creo se juntaron la angustia del momento, el cansancio por la subida y la inhalación del humo para que ella falleciera", comenta la hija que pudo verla la mañana del sábado en el Servicio Médico Legal. "Era una súper abuela, vivía para sus nietos. Se quedaba distintos días de la semana en casa de sus hijos a a regalonear con ellos. Como buena alemana le gustaba la buena mesa, el costillar de cerdo. Era la matriarca de la familia. Lo bueno que dio todo en la vida, no le quedó nada por hacer". No está en el ánimo de Mirta Gutiérrez buscar responsables por lo acontecido con su madre. "A lo mejor un maldadoso hizo el incendio, que no pensó que podría haber muerto alguien, quizás no lo hizo con esa intención sino que fue un pirómano que quería ver la fogata. Lo de mi madre fue algo fortuito". Similar opinión tiene el enfermero Juan Carlos Gutiérrez, primogénito de la occisa, que más que buscar responsables, espera las autoridades saquen lecciones de esta tragedia, en especial con lo relativo a los permisos de construcción en sectores peligrosos. J
l Horas de terror vivieron los vecinos del condominio Santa Teresita, que tuvieron que evacuar sus hogares ante la inminente llegada de las llamas. Una de ellas fue Elizabeth Rojas. "Fue mucho el miedo, ya que es segunda vez que se quema esta quebrada. Solo atiné a sacar mis gatos y avisarle a mis vecinos, ya que acá hay damnificados del incendio de calle Serrano y otros del cerro La Cruz y estaban todos muy asustados". Elizabeth además era vecina de piso y cercana a la fallecida Mirta Rutherford. "Siempre fue una buena vecina, nunca tuvimos problemas, nos topábamos en la micro o en el mismo block. Ella no molestaba nadie, trabajaba y tenía un problema a la columna de la que tenía que operarse y también ingería remedios por otras enfermedades. En ocasiones se desplazaba apoyada por un bastón. Recién el sábado me enteré que falleció tras inhalar humo. Es triste lo que sucedió porque las cosas materiales se recuperan pero no así la vida", enfatizó con los ojos humedecidos por la emoción Elizabeth Rojas.