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Los problemas que provoca entrar a oscuras al colegio

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Todos los días, a primera hora de la mañana, los estudiantes y trabajadores se enfrascan en una batalla que a medida que avanza la semana, se va haciendo cada vez más desigual. Una batalla que a veces requiere el apoyo de familiares o de un aparato que suena y vibra, porque "Sabanás", el terror de las mañanas, no se anda con cosas y no quiere que nadie se levante. Más aún cuando llueve o las temperaturas son bajas, donde prácticamente es imposible resistirse a sus "encantos".

Y de esto bien saben los escolares que, por el definitivo horario de verano, deben salir a oscuras de sus casas, porque a eso de las 07.00 de la mañana todavía no ha amanecido. "Es súper fome porque hay veces que uno mira el reloj y como veo que está oscuro, creo que puedo seguir durmiendo pero no, ya son como las 07.30 horas y llego atrasada a clases", dice Sarita Ortiz, estudiante del Colegio Nacional Santa Ana.

José Luis Rojas, sicólogo experto en hipnosis, señala que este problema que tiene Sarita y otros estudiantes de la región, se va a seguir repitiendo durante el invierno. "Para empezar bien el día, el cerebro necesita harta luz dado que la luminosidad es importante para el estado anímico. Y si no se cuenta con la suficiente luz, la persona puede sufrir somnolencia porque la oscuridad durante la noche aumenta la melatonina en el organismo y provoca sueño", explica Rojas.

La melatonina, que es una hormona que regula nuestro reloj biológico, tiende a disminuir por las mañanas, pero según las palabras del especialista, si la mañana está oscura entonces la persona no tiene deseos de despertarse. Sarita manifiesta que así le ha pasado y que por eso anda "con tuto" en clases. "En mi caso (el verano eterno) me hace tener más sueño durante la mañana, porque como está oscuro, se me hace que es de noche y da sueño. Aparte no me gusta la oscuridad", manifiesta la estudiante villalemanina.

Aumenta la ansiedad

Este horario también trae consecuencias para las personas que tienen tendencias depresivas. "La falta de luminosidad en horas que se acostumbraba a ver luz, puede agudizar sentimientos depresivos como trastorno afectivo estacional y generar ansiedad. Por eso en otros países donde en el invierno prácticamente no se ve la luz del día, se han creado sistemas para simular la luz del sol", enfatiza el sicólogo.

Los estudiantes que estudian en la tarde también sienten que la noche llega muy luego, mientras que los padres se preocupan por su seguridad para que no sean víctimas de lamentables hechos a causa de la oscuridad. J