Momento clave del partido del sábado en el Nicolás Chahuán, en el 4-1 que le propinó a domicilio San Marcos de Arica a Unión La Calera, fue el minuto 11 del segundo tiempo. Los rojos habían sufrido demasiado con las pocas pero incisivas cargas del conjunto nortino y trataban de remontar la desventaja de dos a uno.
Pero las ausencias pesaron, y una de esas bajas era el defensor Tomás Charles. El trasandino fue reemplazado por Luis Casanova, quien perdió un balón increíble cuando quiso salir del fondo y se lo dejó a disposición al inspirado Kevin Harbottle, hábil mediapunta que con un globito desde 28 metros batió la portería calerana por tercera vez y dejó el resultado prácticamente resuelto.
La impotencia del zaguero que reaparecía entre los titulares contagió al resto de un equipo que terminó cayendo en casa por el mismo marcador que le había encajado a Colo Colo la semana pasada en el Monumental, y que desaprovechó así la posibilidad de sumar en el duelo pendiente de la 11a fecha.
AUTOCRÍTICA
En las huestes cementeras lamentaron la dura caída y asumieron sus fallas. "No supimos leer las circunstancias del juego, ni estar a la altura de lo que fue el partido. Arica hizo su negocio, podrían haber hecho cuatro o cinco goles más si ellos querían, nosotros quisimos ir a empatar el partido tras el 3 a 1 pero pudimos haber recibidos más goles", resumió el portero Lucas Giovini.
El capitán continuó reconociendo que "en todas las líneas carecimos de inteligencia y nos vamos derrotados muy feo ante nuestra gente, pero ya está y ahora tenemos otra final la próxima fecha", expresó apuntando al juego de local con Audax Italiano, y agregando que "ahora volvimos a la tierra, Unión La Calera es así, hay que sufrir para conseguir las cosas". J