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Conflicto de OHL en el Fricke no termina y sube de tono

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Martes 31 de marzo. Tras 22 días de paralización, los trabajadores movilizados de la empresa española OHL, a cargo de la construcción del nuevo hospital Gustavo Fricke lograban un acuerdo con su contraparte. El paro llegaba a su fin tal como lo anunciaba por medio de un comunicado, el Servicio de Salud Viña del Mar Quillota.

Las faenas se retomaban a primera hora de este miércoles 1 de abril. Sin embargo y mientras los ejecutivos, acompañados por el asesor jurídico de la firma, Javier Díaz, se trasladaban a Valparaíso para oficializar el documento con el acuerdo, los trabajadores resolvían retomar su movilización, por considerar que la firma no daba cumplimiento a lo suscrito: no les habían pagado.

Protestas, fogatas, piedras y molestia iban en ascenso y comenzaba a generarse el descontrol. Inesperadamente y sin que nadie lograra impedirlo, tres trabajadores tomaban la dramática determinación de quemarse a lo bonzo.

Carlos Salinas y Francisco Sánchez quedaron con quemaduras en la espalda mientras José Luis Garay resultaba con el 2% de su cuerpo quemado. "No tenemos ni un peso, nada y el acuerdo fue otro, yo me nublé, no pensé en nada", declaraba tras ser dado de alta, Francisco Sánchez, mostrando sus lesiones y su ropa quemada.

El acuerdo que no fue

A través de un comunicado de prensa, la dirección del Servicio de Salud Viña del Mar Quillota, informaba la tarde del martes que cerca de las 15 horas los trabajadores de la empresa contratista OHL, informaron del fin de la paralización de faenas, al aceptar los trabajadores la última propuesta de la empresa, por lo cual se procedió a entregar la obra y a reanudar los trabajos.

"El acuerdo suscrito entre ambas partes para reanudar los trabajos, consistió en la recuperación de la mitad de los días no trabajados y en otorgar un monto único por trabajador de 200 mil pesos", se leía en el documento.

Diego Villagra, presidente del Sindicato de trabajadores de OHL, manifestó que esperaban que la empresa les pagara lo pactado, sin embargo esto no se cumplió."Llegamos a una negociación que no fue buena pero todos necesitamos dinero. Nos bajamos del paro y supuestamente la empresa hoy iba a pagar los sueldos y llegamos y no hay un peso depositado", explicó el dirigente.

Según Villagra, el mismo jefe de terreno de la obra que han denunciado reiteradamente - Luis Burgos - prohibió a los trabajadores ingresar a la obra hasta las 8 de la mañana.

VIOLENTA AGRESIÓN

Preocupados por el estado de salud de su compañero, un grupo de trabajadores de OHL se había movilizado hasta la Unidad de Emergencia adultos del hospital. Con dos de sus compañeros quemados ya de alta, la tranquilidad parecía volver entre los obreros, aunque no la conformidad por los sueldos impagos.

Fue en ese contexto que un grupo aproximado a las 50 personas se trasladó hasta la instalación de faenas de la empresa española, donde trabajan cerca de 43 profesionales entre secretarias, calculistas, ingenieros, arquitectos, etc.

Debido a las manifestaciones y al encendido de fogatas, a las 11 de la mañana la compañía había resuelto la evacuación de la obra. Fue en este momento y cuando un grupo de trabajadores se retiraba de los contenedores donde funcionan las oficinas de OHL, cuando un grupo de trabajadores las emprendió en contra del abogado de 60 años, Javier Díaz - asesor jurídico externo de la firma española desde 1989 -, quien sin dudarlo decidió actuar como vocero, permitiendo el retiro de sus compañeros del lugar de conflicto.

"Les dije 'primero hay que firmar los acuerdos y después hacer los pagos'... y recibí por respuesta golpes e insultos (...) Cuando llegamos a la calle creí que eso llegaba hasta ahí, pero siguieron golpeándome (...) Tuve que ser sacado por carabineros. Me subieron a un furgón policial para sacarme de ahí", declaró el profesional.

Javier Díaz manifestó que presentará una querella en contra del responsable de los golpes recibidos y que se encuentra identificado y una demanda contra el sindicato por los daños y perjuicios ocasionados en la violenta agresión de que fuera objeto en plena calle. J