Nadie hacía reír a nadie en el camarín de Unión La Calera en la noche del sábado. Por ejemplo, el portero Lucas Giovini salió raudo esquivando a los medios sin ganas de hablar. Ya se lo había dicho todo al juez Eduardo Gamboa y a su segundo asistente Claudio Urrutia, reclamando por esa jugada del final, ocurrida cuando se jugaban cinco minutos de adición.

Fue la maniobra del definitivo dos a dos, obra de Juan Cornejo, en la cual los caleranos alegaron que el portero nacionalizado fue tomado por Brian Carrasco quien no lo dejó salir a cortar el córner de Olivi. El arquero no quiso referirse a esa jugada clave. Sí lo hizo, a manera de desahogo, el técnico Ariel Pereyra.

"Da mucha bronca. Me mandaron imágenes al teléfono, porque la tecnología hoy lo permite, y así comprobé que el primer gol que nos hacen fue fuera de juego, y en el segundo, a Lucas (Giovini) lo toman, no lo dejan saltar, y eso que mide como dos metros, y aparte a Farías se le suben a caballo", reclamó el DT, quien vio doble falta en ese cabezazo de Cornejo que los privó de un triunfo que ya acariciaban tras el gol de Jean Paul Pineda en los 91'.

POCO PESO

De todas formas, Pereyra reconoció que en ese gol postrero, también hubo culpas propias. "Nosotros cometemos errores, como permitir que un saque en la mitad de la cancha termine en un córner. Pero son situaciones que para lo que nos estamos jugando, como es la permanencia en Primera, duelen, y duelen mucho", expresó el entrenador calerano, quien además lamentó "el poco peso que tiene el club en la ANFP".

Lo cierto es que fue un partido trabado entre dos equipos que, condicionados por el promedio, tuvieron poca fluidez y trataron de sacar ventaja en las jugadas de balón detenido.

Uno de los jugadores claves de los rojos, el volante Paulo Rosales, prefirió centrarse en la autocrítica, ya que manifestó que "me dicen algunos compañeros que fue falta el segundo gol de ellos, pero ya está, nosotros también fallamos y ya no vale llorar, solo tenemos que ganar los partidos que quedan". J