Secciones

En una cesárea le quemaron gravemente sus dos piernas

E-mail Compartir

La felicidad por el nacimiento de su cuarto hijo se vio dolorosamente eclipsada para una madre porteña que sufrió graves quemaduras en una cesárea. La mujer anunció acciones legales por la que considera fue una clara negligencia médica.

Eugenia Ruiz Fuenzalida reside en la población Andorra de San Roque. Es madre de tres hijos de 17, 13 y 5 años. Junto a su esposo, vieron con alegría la llegada, este año, de un cuarto integrante a la familia. Claro que debía tomar los resguardos correspondientes, según lo expresado por el médico ginecólogo que la atendió en Valparaíso. "Como se trataba de un embarazo de alto riesgo que no se podía atender en clínica, el doctor me dio la seguridad que el parto fuera en el pensionado del hospital San Martín de Quillota", indica Eugenia.

La noche del 19 de marzo, mediante una cesárea, dio a luz a Florencia. Pese a la anestesia, la madre recuerda que en el procedimiento notó algo raro en el ambiente.

"En un instante escuché al médico y su personal que pedían agua. No sabía que me habían quemado las piernas, pensé que se inflamó la camilla. Me sacaron del pabellón y los doctores hablaban entre ellos, pero nunca me dijeron nada", relta.

Al día siguiente su médico le informó que tuvo quemaduras "leves" en sus piernas. "Como tenía calmantes en el suero, no tenía dolores y mi marido me miró por la parte superior y no era tanto. El día 22 me dieron de alta y con la indicación de una crema para las lesiones", agrega.

Pero cuando la levantaron de la cama para salir de la sala, sus familiares se percataron de que en la parte posterior de los muslos las quemaduras eran extensas y profundas. Posteriormente se verificó eran grado 4. Eugenia señala que la matrona no supo explicarles bien lo acontecido, pero todo apunta a que el electrobisturí usado para la cesárea de alguna forma generó una combustión con el líquido esterilizador que le vertieron en las piernas.

"Mi mamá fue a buscar al médico a cargo de la operación para una explicación y que me hiciera curaciones, pero respondió que la paciente debía acercarse a él y no dio la cara", dijo.

INJERTOS DE PIEL

La familia estampó un reclamo en el hospital y Eugenia regresó a su casa en Valparaíso. Ahora tiene problemas de desplazamiento al punto que necesita asistencia de un tercero y sufre por las quemaduras. "Es lo más doloroso que he sentido en la vida, no te deja caminar ni vivir. En la noche no puedes dormir y hasta para asearme necesito de ayuda", asegura la porteña, que se ha visto impedida de amamantar a su hija, por el tratamiento que incluye antibióticos para evitar infecciones.

A pesar de que tiene leche materna, ha tenido que gastar en tarros suplementarios y ahora se le viene otro desembolso considerable. Fue a tratarse las heridas al hospital Dr. Eduardo Pereira, de San Roque, donde este fin de semana se internará para ser sometida a una intervención de injertos de piel.

"Un médico de allí me explicó que lo que me sucedió fue por un plaqueta mal puesta o le dieron mucho voltaje al electrobisturí, pero que era algo que no debió haber pasado. Además quedaré con cicatrices de por vida, pese a los injertos", se lamenta la progenitora, que se mostró disconforme con el nulo interés demostrado por el galeno responsable y el hospital quillotano.

"Esto claramente fue una negligencia médica. Él no se ha hecho cargo de lo que hizo y en el hospital me mandaron a la casa con las heridas infectadas. Me gustaría que el médico pague, que se haga justicia y que no le vuelva a pasar más a ninguna mamita. Que no pasen por lo que estoy viviendo", afirma.

La familia ya se contactó con un abogado para las futuras acciones legales, pero reclaman que en el centro asistencial le niegan su ficha clínica que es vital para sus posteriores trámites judiciales. J

En una cesárea le quemaron gravemente sus dos piernas

juan jordan

E-mail Compartir

La felicidad por el nacimiento de su cuarto hijo se vio dolorosamente eclipsada para una madre porteña que sufrió graves quemaduras en una cesárea. La mujer anunció acciones legales por la que considera fue una clara negligencia médica.

Eugenia Ruiz Fuenzalida reside en la población Andorra de San Roque. Es madre de tres hijos de 17, 13 y 5 años. Junto a su esposo, vieron con alegría la llegada, este año, de un cuarto integrante a la familia. Claro que debía tomar los resguardos correspondientes, según lo expresado por el médico ginecólogo que la atendió en Valparaíso. 'Como se trataba de un embarazo de alto riesgo que no se podía atender en clínica, el doctor me dio la seguridad que el parto fuera en el pensionado del hospital San Martín de Quillota', indica Eugenia.

La noche del 19 de marzo, mediante una cesárea, dio a luz a Florencia. Pese a la anestesia, la madre recuerda que en el procedimiento notó algo raro en el ambiente.

'En un instante escuché al médico y su personal que pedían agua. No sabía que me habían quemado las piernas, pensé que se inflamó la camilla. Me sacaron del pabellón y los doctores hablaban entre ellos, pero nunca me dijeron nada', relta.

Al día siguiente su médico le informó que tuvo quemaduras 'leves' en sus piernas. 'Como tenía calmantes en el suero, no tenía dolores y mi marido me miró por la parte superior y no era tanto. El día 22 me dieron de alta y con la indicación de una crema para las lesiones', agrega.

Pero cuando la levantaron de la cama para salir de la sala, sus familiares se percataron de que en la parte posterior de los muslos las quemaduras eran extensas y profundas. Posteriormente se verificó eran grado 4. Eugenia señala que la matrona no supo explicarles bien lo acontecido, pero todo apunta a que el electrobisturí usado para la cesárea de alguna forma generó una combustión con el líquido esterilizador que le vertieron en las piernas.

'Mi mamá fue a buscar al médico a cargo de la operación para una explicación y que me hiciera curaciones, pero respondió que la paciente debía acercarse a él y no dio la cara', dijo.

La familia estampó un reclamo en el hospital y Eugenia regresó a su casa en Valparaíso. Ahora tiene problemas de desplazamiento al punto que necesita asistencia de un tercero y sufre por las quemaduras. 'Es lo más doloroso que he sentido en la vida, no te deja caminar ni vivir. En la noche no puedes dormir y hasta para asearme necesito de ayuda', asegura la porteña, que se ha visto impedida de amamantar a su hija, por el tratamiento que incluye antibióticos para evitar infecciones.

A pesar de que tiene leche materna, ha tenido que gastar en tarros suplementarios y ahora se le viene otro desembolso considerable. Fue a tratarse las heridas al hospital Dr. Eduardo Pereira, de San Roque, donde este fin de semana se internará para ser sometida a una intervención de injertos de piel.

'Un médico de allí me explicó que lo que me sucedió fue por un plaqueta mal puesta o le dieron mucho voltaje al electrobisturí, pero que era algo que no debió haber pasado. Además quedaré con cicatrices de por vida, pese a los injertos', se lamenta la progenitora, que se mostró disconforme con el nulo interés demostrado por el galeno responsable y el hospital quillotano.

'Esto claramente fue una negligencia médica. Él no se ha hecho cargo de lo que hizo y en el hospital me mandaron a la casa con las heridas infectadas. Me gustaría que el médico pague, que se haga justicia y que no le vuelva a pasar más a ninguna mamita. Que no pasen por lo que estoy viviendo', afirma.

La familia ya se contactó con un abogado para las futuras acciones legales, pero reclaman que en el centro asistencial le niegan su ficha clínica que es vital para sus posteriores trámites judiciales. J