Quillota se revolucionó ayer con el choque entre San Luis y Unión San Felipe, en un duelo clave entre los dos grandes candidatos a subir a Primera División. Desde temprano las calles de la ciudad se comenzaron a teñir de amarillo, con los miles de fanáticos que encaminaron sus pasos al estadio "Lucio Fariña".

Con banderazo en la víspera en el campo de entrenamiento de San Isidro, y con globos amarillos y negros distribuidos entre quienes llegaron al recinto de calle Bulnes, la hinchada puso el marco espectacular en las tribunas, sin menospreciar a los 500 seguidores sanfelipeños que se apropiaron de la mitad de la galería Arauco

La expectativa era grande, pero como suele suceder, el fútbol exhibido en la carpeta sintética por los protagonistas no fue de alto vuelo. Marca, cierre de espacios y una tensa lucha en que ninguno cedía demasiado terreno, provocaron un partido trabado y con escasas llegadas a los arcos. De hecho, en la primera mitad el arquero visitante Claudio González no tapó ningún tiro directo hacia su pórtico.

Algo trabajó al otro lado Fernando De Paul, pero sin que los intentos de Jorge Sotomayor y Miguel "Mágico" González prosperaran. Los canarios extrañaban el circuito de juego que arman en el medio Jean Meneses y Alejandro Carrasco, quienes suspendidos, miraban nerviosos desde la preferencial.

UN SOLO GOLPE

A cambio, el técnico Víctor Rivero apostó por el trajín de Álvaro Césped y el trasandino Gabriel Díaz, quienes a la postre terminaron manteniendo a raya el despliegue de González y del escurridizo Gastón Sirino. El desequilibrio necesaria mente debía llegar por la banda derecha de los quillotanos, pues reaparecía Guillermo Pacheco y se esperaba que sus desbordes causaran daño.

Justamente un centro del número 17 de los canarios, luego de un balón que quitó Díaz en la salida, le permitió a Sergio Comba controlar por fin una pelota dentro del área. El artillero reaccionó antes que los centrales sanfelipeños, y desde corta distancia, remeció las mallas y desató el estallido en el "Lucio Fariña". El gol abrió un poco el partido, pero no tanto para San Felipe, que intentó cambiar su suerte con los ingresos de Droguett y Lanaro. En San Luis en tanto, aportó el ingreso de Carlos López, porque colocó despliegue en el medio cuando sus compañeros ya sentían el desgaste.

Y si Cris Martínez y Viotti estuvieron con las luces apagadas, Campozano saltó del banco y tuvo el segundo con un zurdazo que casi se cuela en un ángulo de la portería rival. Al final, el golpe dado por Comba fue suficiente para ganar un duelo que deja a Quillota más cerca que nunca de celebrar un ascenso. J

l La salida de los jugadores de San Felipe fue con desgano. El técnico César Vigevani acusó el golpe. "Fue un duelo muy cerrado, el que se equivocaba lo perdía, y lamentablemente fuimos nosotros. Nos vamos amargados porque teníamos la chance de depender de nosotros mismos", lamentó el DT trasandino.