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Con actos, gritos y peleas se conmemoró el megaincendio

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Con misas, actos, peleas y gritos se conmemoró, en polémica forma, el megaincendio de Valparaíso, que hace un año dejó a miles de personas sin hogar y que ha sido catalogado como el siniestro más destructivo en la historia de Chile.

A las 16.00 horas de ayer estaba programado el inicio del descubrimiento de un memorial, pero nada comenzaba. El cerro Las Cañas estaba tranquilo, los vecinos conversaban, los niños jugaban y los perros dormían. Eso hasta que descendió de un automóvil con más de 40 minutos de retraso, el alcalde porteño Jorge Castro.

Unos pocos aplaudían, mientras otros de inmediato comenzaron con las pifias, "que se vaya, no lo queremos, fuera Castro", fue lo más suave que gritaban, mezclado con garabatos que, con el pasar de la ceremonia se hacían más agresivos.

DISCUSIONES

Al alcalde se le veía incómodo, se sentó en primera fila escuchando la ola de pifias. Minutos después llegó su mujer, Rossana Ducaseau, quien tampoco pasó desapercibida, pero el ímpetu que caracteriza a la esposa del jefe comunal no la dejó pasar sin ignorar lo que las vecinas decían y se devolvió a discutir antes de sentarse. Eso caldeó aún más los ánimos.

Las pifias continuaban al punto de que, mientras los organizadores, la Junta de Vecinos 62 del cerro Las Cañas trataban de llevar adelante la ceremonia, un grupo de vecinos discutían entre ellos y la entonación del himno nacional fue un verdadero fiasco.

Los detractores y quienes estaban a favor del jefe comunal se dijeron de todo.

"Todo lo que nos pasó fue por culpa de él (Jorge Castro), por culpa de él hemos sufrido por eso no lo queremos. Piden papeles y papeles para la reconstrucción y ¿qué hacen?, nada. Todavía no nos dan nada, es muy cara de palo venir para acá después de lo que hemos vivido. Queremos acordarnos de nuestros muertos nosotros solos, no los queremos ni a él ni a su gente", decía una de las afectadas.

Los vecinos alegaban que sus casas las habían tenido que hacer solos, con el apoyo de amigos, familiares y privados, sin el respaldo tan prometido por el Gobierno y todo, según ellos, por culpa del municipio porteño que ha sido burocrático en su actuar ya que, según aseguran, los papeles no salen de la dirección de Obras al Serviu ni a ninguna otra institución de gobierno. De los subsidios ni hablar.

Quienes defendían al alcalde pedían respeto por los fallecidos en la tragedia y culpaban al gobierno del nulo apoyo, pero ni eso lograba hacer cambiar de opinión a los otros vecinos.

"Respeten a la gente, déjense de hacer problemas, a nosotros se nos murió un vecino y estamos acá por ellos (por los fallecidos). La culpa no es de Castro, es del gobierno, gobierno, gobierno, gobierno", decía una enfurecida vecina, mientras recibía de respuesta un categórico, "lo que pasa es que vo' te hay arreglado los bigotes".

A tanto llegó la discusión que las vecinas estuvieron al borde de los combos, cada vez se acercaban más y se apuntaban con el dedo. Una incluso levantó una de las sillas pensando en lanzarla en contra de sus detractores.

Alcalde huye

Todo esto mientras el alcalde Jorge Castro sentado en primera fila mandaba y mandaba mensajes. No estaba pendiente de la ceremonia, sólo de su teléfono celular y de las respuestas.

De un momento a otro Rossana Ducaseau se hizo humo, nadie notó en momento en que abandonó el lugar, pero sí se percataron cuando una camioneta llegó desde el cerro en marcha atrás hacia la ceremonia, Jorge Castro se levantó primero tímidamente hasta que en un dos por tres se subió, subieron algunos asesores y el vehículo huyó del lugar.

"Cobarde", era lo mínimo que gritaban los vecinos que a esa altura se preguntaban por el significado del memorial, que ya habían explicado, pero que pocos escucharon.

"Se fue Castro", se escuchaba uno que otro grito hasta que todo se calmó, los vecinos no pararon las discusiones, pero el tono era bajo, los perros volvieron a dormir y los niños, a jugar.

primeras peleas

Pero esta no fue la única discusión de la jornada, ya que en la mañana, a la salida del acto ecuménico en recuerdo de víctimas y familias afectadas por el incendio, los vecinos ya se habían enfrentado y por lo mismo.

Castro salió de la ceremonia, dio un par de entrevistas y se fue, pero los vecinos quedaron discutiendo, algo que incluso fue presenciado por asesores municipales, por eso es que muchos en el escándalo de la tarde se preguntaban "¿cómo se le ocurre venir, que mal asesorado el alcalde si ya se sabía que esto iba a pasar".

explicación

Antes de todo el escándalo de los vecinos y tal vez sin imaginar lo que se le venía, el alcalde Castro daba algunas declaraciones y se refería al retraso de la reconstrucción dado que se habla que sólo el 21% tiene sus viviendas construidas.

"Yo creo que es un error cuando damos ese tipo de información respecto al porcentaje de viviendas que han ingresado a la Dirección de Obras, yo iría primero al porcentaje de suelos (regularización), que ha sido el más titánico de los trabajos hechos por el municipio de Valparaíso", dijo el edil al tiempo que señalaba que el 70% de los suelos afectados no estaba regularizados y que sin eso no era posible optar a ningún beneficio del gobierno.

Al cierre de esta edición se realizaba un aplauso de los vecinos de los cerros afectados durante tres minutos a los voluntarios, organizaciones e instituciones que apoyaron a los porteños. Paralelamente, otro grupo realizaba un caceroleo en señal de protesta por la lenta reconstrucción. J