Hay actores que comienzan con roles secundarios y, poco a poco, van adquiriendo notoriedad en la industria del cine y la televisión, hasta convertirse en figuras con una carrera estable. Así ocurrió, por ejemplo, con Angelina Jolie y Jim Carrey.

Pero hay muchos otros que de un día para otro alcanzan gran popularidad y luego, de golpe, pierden tribuna.

Algunos de ellos siguen en el mundo del entretenimiento, aceptando el papel que les pase por delante. Con roles secundarios, o protagónicos en cintas de factura mediocre, logran marcar el paso dentro de un medio altamente competitivo.

La decada de los noventa acogió a varios personajes de este tipo. Un ejemplo es, por ejemplo, Winona Ryder. La ex musa de Tim Burton fue una de las actrices más cotizadas de esa década, y aspiraba a un futuro brillante, pero los pronósticos quedaron en el aire.

Otros simplemente optaron por otros caminos, como Macaulay Culkin, quien ahora se dedica a la música independiente. Son varios los casos que se pueden recordar en este ámbito, y en ocho de ellos profundizaremos a continuación, incluidos los dos ya mencionados.

Todos ellos con un denominador común. Que alguna vez fueron altamente queridos por la audiencia y cotizados por la industria, pero hoy no sabemos prácticamente nada de ellos. J