Dieciséis horas diarias: eso es lo que trabaja, en promedio, un conductor de buses del Gran Valparaíso. Algunos descansan dos veces a la semana y pueden ganar entre $400 y $700 mil mensuales, dependiendo de la línea. Se trata de un ingreso en base al boleto cortado, o sea, mientras más pasajeros suban a la micro, más ganan. Cada uno debe pagar sus propias imposiciones.
A todas luces son condiciones laborales precarias, lo que ha incidido en que muchos choferes, en el último tiempo, hayan optado por dejar el sistema y partir a otras ciudades buscando mejores horizontes. La mayoría se ha ido a las mineras del norte.
Óscar Cantero, presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores del Transporte Terrestre, lo confirma: "Las condiciones laborales no son las más adecuadas para tener un grupo cautivo de conductores que permanezca en el sistema. Las mineras se los han llevado a trabajar al norte porque allá obviamente es mejor el sueldo y tienen más descansos".
Según este dirigente, faltan 3.500 choferes en el Plan de Transporte Metropolitano de Valparaíso. Esto impediría el relevo de los choferes y la falta de micros después de las 21.00 horas.
La misma evaluación hace Rodrigo Herrera, director de Servicios de la empresa Verde Mar, perteneciente a la unidad de negocio Gran Valparaíso. "El gran problema que tenemos ahora como empresarios y dirigentes, y que se viene arrastrando hace mucho tiempo, es la escasez de conductores", dice.
El seremi de Transportes porteño, Patricio Can-nobbio, no está muy de acuerdo con el tema de la escasez. "Lo que se requiere es la optimización de ese sistema, en función de las demandas de cada uno de los recorridos. Si está optimizado no todos los conductores, en algunos servicios, deben circular en ciertos periodos del día. Los conductores se pueden distribuir a lo largo de la jornada, calculando que no sobrepasen las horas permitidas".
Según Cannobbio se trata de un sistema perverso, porque no apunta a la optimización sino al ingreso bruto del conductor y del operador. "Así ha funcionado históricamente, hay una sociedad entre conductor y empresario, y la verdad es que los dos son empresarios. Uno hace la inversión y el otro recauda. Y en el recaudo se lleva un porcentaje, él gana por llevar más pasajeros, es perverso. Eso no es calidad de servicio".
¿es posible el cambio?
Herrera cree que es muy difícil cambiar el sistema. "El tema de las horas de trabajo es súper complejo, aquí intervienen otros actores. El seremi del Trabajo, la Inspección del Trabajo y el seremi de Transportes. Te exigen que debes cumplir con un determinado servicio dentro del día y hasta la noche. Por otro lado, la Inspección te multa si el conductor trabaja más de las horas que corresponde por ley. Eso es muy difícil que se pueda implementar acá. Yo nací con eso, mi papá y mi abuelo se dedicaban a eso y desde que soy chico que dicen que el chofer va a tener sueldo fijo y dos conductores por bus", explica.
Cannobbio reconoce que la situación laboral de los conductores es un pendiente, pero advierte que no se resolverá en este Gobierno. "Lo primero es arreglar el sistema de transporte, controlarlo con sistemas tecnológicos y lograr que se cumpla lo comprometido, que el bus pase a la hora. Eso es lo que espera la gente. Una segunda etapa, no lo vamos a lograr en este Gobierno, es que el conductor tenga sueldo fijo", señala. J