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Imputado de homicidio ofreció un palo por liberarse de cobrador

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Detalles escabrosos y que dan cuenta de la fría decisión de Rolando Isaías Arriaza Fernández de deshacerse del hombre al que le debía nada menos que 5 millones de pesos se conocieron ayer, durante la audiencia realizada en el tribunal de garantía de Viña del Mar y por la cual Arriaza Fernández fue formalizado como autor del homicidio calificado de Aníbal Ricardo Flores Uribe.

Por casi 40 minutos, el fiscal Stefan Kramar detalló cronológicamente los sucesos que se iniciaron con la desaparición del joven prestamista de 32 años, cuyo rastro se perdiera el viernes 10 de abril luego que diversos testigos lo vieran abordar el automóvil del hasta ahora único imputado por su muerte.

Tras 6 días, el cuerpo de Flores Uribe aparecería en un sitio eriazo situado en las cercanías del Fuerte Aguayo, con heridas cortantes en diversas partes de su cuerpo.

ADICTO A LAS DROGAS

De acuerdo a los antecedentes expuestos durante la audiencia, las tratativas de préstamo y pago de dinero entre Arriaza y Flores comenzaron el 8 de octubre de 2014 y se extendieron hasta enero del presente año, totalizando una deuda de 5 millones de pesos. Aníbal Flores, conocido como "El Cototo", había cumplido una condena de 5 años por el delito de robo con intimidación.

Tras cumplir su pena se dedicó a la venta de ropa de marca y a prestar dinero, cobrando un interés de un 100% a sus deudores.

Su familia y sus amistades conocían de esta actividad y de la alta suma que le adeudaba "El Rolo", como era conocido Arriaza en la población. De ahí que las sospechas desde un primer minuto apuntaran en su contra.

En su declaración voluntaria ante el fiscal, Arriaza habría admitido una deuda de 2 millones de pesos, puesto que en total le había solicitado a su prestamista un millón de pesos.

Sin embargo, debido a su incapacidad para poder pagar y a las supuestas amenazas de muerte formuladas por Aníbal Flores, el mismo Arriaza, quien trabajaba en la Minera Escondida en Antofagasta, habría propuesto pagarle 5 millones de pesos en mayo, para lo cual estaba tramitando un préstamo de 8 millones de pesos.

El viernes 10 de abril cumpliría con parte del pago, pero eso sólo sería un ardid para engañar a su prestamista y darle muerte.

El consumo de drogas habría llevado a Arriaza directo al abismo e incluso a ofrecerle dinero - un millón de pesos - a un amigo de infancia, Carlos Bruno Oliva Sazo, alías "El Piri", para que éste asesinara a Aníbal Flores.

"El motivo que esgrime Rolando Arriaza para verse involucrado en este tipo de préstamos informales y sucesivos con Aníbal Flores fue simple y sencillamente el deseo de tener su propio dinero para comprar y consumir drogas", precisó tras la audiencia el fiscal Kramar.

ARREPENTIDO

La misma tarde del viernes 10 de abril, día en que Aníbal Flores fue asesinado, Rolando Arriaza regresó a su casa herido en su brazo izquierdo y con su automóvil Chevrolet Sail gris, con más de 10 manchas de sangre.

No aceptó preguntas, ni siquiera las de su esposa, quien preocupada pidió la concurrencia de una ambulancia de la red de asistencia privada Help y a través de una de sus hijas, la concurrencia para el día siguiente de un sujeto que se dedica a la limpieza interior de vehículos.

A pesar de que viajó a Santiago, aparentemente la culpa, y es lo que sostuvo su defensor durante la audiencia, Arriaza se entregó voluntariamente a la policía, renunciando a su derecho a guardar silencio y orientando la investigación que concluye con el hallazgo del cadáver el jueves último.

"Él pudiendo darse a la fuga se presenta a la Bicrim de Viña del Mar para declarar y aportar la mayor cantidad de antecedentes (...) Incluso la participación de la otra persona que está siendo buscada y quien tiene una orden actual fue aportado por mi representado", precisó el defensor penal, Tyrone Etchegaray.

DEL FPMR

Justo en el momento en que la magistrado Ingrid Alveal resolvía decretar la prisión preventiva para el imputado, ingresaron a la sala las únicas familiares de la víctima: María Elena Uribe y Elizabeth Flores, madre y hermana respectivamente, de Aníbal Flores. María Elena gritó "¡Quiero justicia para mi hijo!", abandonado la sala.

La mujer agradeció haber podido darle sepultura a su hijo el sábado recién pasado, pero demandó justicia para sus asesinos.

"Hay más involucrados, aunque mi hijo haya sido un delincuente, él no se merecía esto", aseveró.

Su hija añadió que Carlos Oliva, el otro involucrado en este homicidio, había integrado el Frente Patriotico Manuel Rodríguez. "Cuando nosotros realizamos la velatón en nuestra población, él se dio el descaro de pasearse y hasta darnos el pésame", aseguró Elizabeth. J