Fue el incendio más destructor de los últimos años. Comenzó poco antes de las 4 de la madrugada de ayer -según las primeras declaraciones- luego que los trabajadores de la Panadería Prat advirtieran fuego en el segundo piso. Un cortocircuito sería el inicio de un incendio que se extendió a otros ocho locales de calle Prat y que amenazó con extenderse a otros recintos ubicados en calle Merced, pleno corazón histórico de Quillota.
En la emergencia tuvieron que trabajar voluntarios de Villa Alemana, Limache, La Calera, La Cruz, Nogales e Hijuelas además de todas las compañías de Quillota. Luego de cuatro intensas horas -en donde también faltó el agua en momentos- el fuego comenzó a ser controlado. Tras siete horas ya la luz permitió ver las pérdidas y también mostrar el rostro más duro del fuego: comerciantes que lo perdieron todo y quedaron "con lo puesto".
Fue el caso de la Librería El Sol y la Panadería Prat, emblemas del comercio local que se negaban a morir ante la competencia de las grandes cadenas instaladas en cada rincón de la ciudad. No perdieron en la ley de la oferta y demanda, pero el fuego no tuvo piedad. Ayer, al menos en la Panadería Prat lo dejaron claro: van a regresar (ver recuadro).
infierno
Pero el fuego no discrimina y así como acabó con históricos emprendimientos locales también arrasó con Dijon, Tricot, el centro de juegos Babilonia y el instituto Cencool. Pero no fueron los únicos, aunque quedaron en pie el fuego también afectó un local en donde hasta hace unas semanas funcionaba calzados Poloni y por la parte posterior, un pequeño sector de La Casa del Living, de la familia Rey. Ahí es donde se vivieron los momentos más dramáticos en horas de la mañana.
Un rebrote amenazó con la bodega y ante esa amenaza vecinos, carabineros, funcionarios de Esval, o simplemente 'la familia Miranda' corrió a buscar muebles, y sacarlos de la tienda para dejarlos a resguardo. El fuego, no alcanzó a llegar, aunque el infierno, ya se había desatado. J
l Víctor Rivas, el dueño de la Panadería Prat conversó con La Estrella tras el incendio. De lo que viene ahora el empresario aseguró que no bajará los brazos. "Yo creo que tengo que seguir porque es mi única fuente de trabajo, yo en este rato estoy choqueado, no estoy asimilando bien las cosas, pero la tradición de mi panadería es grande", detalló y agregó: "perdí máquinas, todo, no tengo seguro. Yo quedé en la calle, pero soy guerrero, se que voy a salir, hay que dar tiempo, buscar un lugar, encontrar un local y seguir. Esta panadería tiene años y mi clientela es muy grande. No lo voy a dejar botada, volveré, las ganas las tengo", concluyó.