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"El exótico Hotel Marigold 2"

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Hay cintas en que los personajes tienen claras similitudes con rasgos biográficos de los actores que los interpretan, produciendo un juego de espejos entre la realidad de la pantalla y el presente que está ocurriendo fuera de la sala, provocando sentimientos encontrados en el espectador sensible.

Esto ocurre en "El Exótico Hotel Marigold 2" (2015), cinta dirigida por el cineasta británico John Madden, y que cuenta la historia de los pasajeros de este singular hotel ubicado en la ciudad de Jaipur en la India. Lo particular de este establecimiento es que está destinado principalmente a clientes de la tercera edad, que ha decidido pasar sus últimos días en este apartado lugar del mundo.

Dos de las pasajeras son Muriel Donnelly y Evelyn Greenslade, damas inglesas interpretadas por Maggie Smith y Judi Dench respectivamente, ambas grandes actrices británicas que ya alcanzan los 80 años y que por lo tanto viven realidades muy similares a las de sus roles, lo que produce una emoción muy especial a los espectadores que han seguido sus formidables carreras.

Madden, inglés de 66 años, había dirigido antes nueve largometrajes, entre los que destacan "Shakespeare in Love" (1998), "La Mandolina del Capitán Corelli" (2001), "Proof" (2005) y "El Exótico Hotel Marigold" (2011), de la cual surgió la secuela que hoy comentamos y que también posee las mismas características: ser una cinta inteligente, con personajes bien desarrollados, que se mueven en el crepúsculo de sus vidas, en una ciudad maravillosa y mágica.

El dueño del hotel es un joven impetuoso y sagaz, Sonny (Dev Patel), que está a punto de casarse con la bella Sunaina (Tina Desai) y que buscará apoyo financiero en Estados Unidos para abrir una filial. Los demás pasajeros, cada uno con su particularidad, son Douglas (Bill Nighy), Madge (Celia Imrie), Norman (Ronald Pickup) y Carol (Diana Hardcastle), a los que suman los inspectores de turismo encubiertos Lavinia Beech (Tamsin Greig) y Guy Chambers (Richard Gere), que pondrán sal y pimienta a estos significativos procesos paralelos: el noviazgo y casamiento de Sonny y Sunaina, y la gestión y evaluación económica del nuevo hotel, mientras las vidas de los pasajeros del hotel avanzan inexorablemente, en un período en que no hay tiempo para perder.

Vida y obra de Loro Coirón en Valparaíso se unen en un libro

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"Es como construir una casa o arreglar el techo; no es una finalidad, pero una cosa que te permite perseverar en buenas condiciones", dice Loro Coirón cuando se le pregunta qué le motivó a escribir y publicar un libro que reúne buena parte de su vida y obra en Valparaíso, ciudad a la que llegó en los '90 y que hoy se ha convertido no sólo en su fuente de inspiración artística, sino que también en su hogar.

El libro se llama "Tantas lunas" y reúne textos escritos por el propio Thierry Defert -nombre civil de Loro Coirón- y por diversas personas, así como un contundente registro fotográfico de su obra y también del artista.

El texto será lanzado hoy martes, a las 18.30 horas, en la Sala Rubén Darío de la Dirección de Extensión de la Universidad de Valparaíso. En la oportunidad, el artista conversará con el crítico de arte Carlos Lastarria y la periodista Marcela Küpfer.

UN AMPLIO REGISTRO

"Tantas lunas" es una producción ideada por el propio Loro Coirón, a través de su sello editorial "Como si la vida fuera a durar para siempre". La idea nació en 2013, a partir de la gran exposición realizada en el Museo Nacional de Bellas Artes, donde diversas personalidades escribieron para el catálogo de la muestra, titulada "Loro Coirón, una manera de MIgRAR".

El libro recoge esos textos, pero añade numeroso nuevo material, que da cuenta de la vida artística y personal de Thierry Defert, así como el desarrollo de su obra, desde sus famosos grabados hasta los afiches, textiles y cerámicas.

Entre las plumas presentes en el libro están Roberto Farriol, director de Museo Nacional de Bellas Artes; Allan Browne, diseñador, escritor y académico; y Carlos Lastarria, crítico de arte, quienes se refieren a su obra. El propio Loro Coirón escribe en muchos pasajes acerca de los temas que le apasionan: la vida de los porteños y porteñas, su paso por la escuela en París, el sueño del mural gigante de Valparaíso e incluso el arduo oficio del grabador. También hay espacio para referencias más personales y poco conocidas, acerca de su familia y amigos.

-Es como construir una casa o arreglar el techo; no es una finalidad, pero es una cosa que te permite perseverar en buenas condiciones (...) Pero antes de todo es un increíble honor poder exprimirse y compartir felicidades con personas/lectores que te quieren, que quieren lo que tú haces en lo cotidiano. Es una linda y rica prueba de que eres parte de la sociedad, de la calle, de la vida de tu barrio... y para un extranjero, ¡es un increíble regalo de parte de Chile! La prueba de que tú haces las cosas por la felicidad de la colectividad, que es lo real y el verdadero Patrimonio de la Humanidad en esta ciudad como en otras.

-Hasta el momento que vaya a ser chileno, tengo el deber, la obligación, por ética y educación, de ser visitante. Y en la tradición porteña, los visitantes, como los marineros, son parte integral de la identidad del Puerto: ¡se van y vuelven! "¡Tantas Lunas! ¡Hola! ¿Cómo estás? ¡Aquí estamos, po'h!"… ¡Amo eso! ¿Visitante o habitante? La felicidad, lo que significa la estimulación intelectual es, creo, la integración, la asimilación en una colectividad. Ser parte poco a poco del conjunto musical que es una cultura. ¡Es una analogía, po'h! El mural grande es una motivación porque los grabadores no tienen, en general, patrón, y por eso puede ser difícil no salir de la cama al rayar el alba. Pero por el momento tengo más o menos 100 metros de largo y entre 0,8 y 5 metros de alto. Terminaré en mi tumba... en el cementerio en Playa Ancha, cerca de Emile Dubois. ¡Un honor, por supuesto!

-La vida de provincia, de una provincia que se llama el Puerto Principal y que tiene una historia familiar muy fuerte entre mar y tierra, que no pueden separarse sin cortar una parte del cuerpo.

-La verdadera Historia de la Humanidad, así como su real Patrimonio, es la palabra y la increíble riqueza de los idiomas. Perder un idioma es millones de veces más grave que perder un castillo, aunque tenga mil años de edad. La palabra es el perfume de los sentimientos, es la posibilidad de la Humanidad y de cada uno de sus hijas e hijos de ser independiente de pensamiento. J