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En Playa Ancha se nutren con su propio huerto

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Para tener un huerto ecológico no es necesario ser dueño de una enorme parcela ni tampoco ser experto en agricultura, ya que con algunas nociones de cultivo y una terraza o balcón, se pueden lograr grandes maravillas. Así lo manifiestan treinta familias del condominio social Los Pinos, en el quinto sector de Playa Ancha que, junto al Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis) de Valparaíso, dieron vida al "Balcón productivo Tabun Mapu: Unidos por la Tierra", un proyecto que desde hace unos meses les brinda sus propios alimentos.

El piloto, que fue generado en 2013 a través del programa de autoconsumo, ha sido muy aplaudido ya que además de generar frutas y verduras saludables para toda la comunidad, ha mejorado la calidad de vida de los vecinos, especialmente de los que están enfermos.

"Es una buena y excelente idea porque para mí, que soy una persona diabética, me ha favorecido mucho. Todo lo que se planta ahí no contiene aditivos, es todo agua, no tiene transgénicos, nada, entonces a mí me ha servido mucho el huerto y de eso estoy agradecida", dijo María Vega, una de las mujeres del sector.

Ayuda de méxico

El proyecto porteño participa de un convenio que Chile y México tienen para promover la agricultura a pequeña escala en familias vulnerables. Clara Collado, encargada del huerto playanchino, cree que por esto, la idea del huerto se podría proyectar en otros lugares.

"Nosotros cuando llegamos acá, todos llegamos a trabajar a nuestras casas. Pero cuando llegó el invernadero, todos trabajamos en comunidad: los hombres con chuzo, los niños con palitas de playa, todos tratando de romper el cerro para poder dejar lo que ahora hay. Por eso es que nosotros queremos mucho este invernadero, porque ha sido con sacrificio y porque también siento que nos puede proyectar hacia afuera. Y no sólo a Valparaíso, sino que también hasta el extranjero", declaró Collado, entusiasmada.

Marcelo Aguilar, director regional del Fosis, espera que con este proyecto, otras comunidades porteñas se animen a hacer lo mismo. "(Queremos) que estos huertos comunitarios que uno ve acá, se proyecten a los lineamientos de trabajo del 2016 pero esto también depende del compromiso de la gente, porque nosotros podemos hacer la inversión, pero necesitamos el compromiso de todos", aseveró.

Gabriela Lucas, directora del Centro de Innovación de Agricultura Sostenible en Pequeña Escala (Ciaspe) México, es una agrónoma que impulsó la iniciativa del autoconsumo en su propia familia. Y desde entonces, ha traspasado a varios sus metodologías como el bío intensivo que permite la siembra en espacios menores o reducidos. Por esta razón, su organización fue elegida para apoyar el proyecto playanchino.

"El Fondo de Cooperación Escala País pone $1 millón de dólares al año y se concursa un proyecto de desarrollo de ambos países (Chile y México). En este proyecto primero nos visitó una comisión de Chile que estuvo con nosotros en nuestras instalaciones y después vinimos nosotros y capacitamos en el método intensivo. Ellos nos compartieron las experiencias de autoconsumo y parte de los proyectos donde todos nos unimos", detalló.

Próximos proyectos

La agrónoma afirma que se ha terminado la primera etapa y que en un seminario que reunió a representantes de ambos países, se han dado cuenta de todos los frutos que se están cultivando en el balcón. "Por eso tenemos mucha esperanza de que esto seguirá", destacó.

Clara Collado también espera que el proyecto siga creciendo. "Bien llevado puede ser económicamente rentable para nosotros y en pro de comer rico y sano. La verdura de acá tiene otro sabor y nosotros estamos muy conscientes de que no hay químicos ni fertilizantes. Todo es a mano, entonces, somos privilegiados, aunque no todos lo sabemos, pero de a poco vamos a lograr que toda la comunidad se de cuenta que somos privilegiados", apuntó.

El Fosis ha implementado varias tecnologías en este asunto y en el contexto de trabajo con familias vulnerables y comunidades educativas, figuran más de 100 tecnologías verdes que incluyen huertos orgánicos, plantas medicinales, como también hierbas aromáticas cultivadas en botellas, neumáticos y cajones a escala. Estas últimas permiten manejar los cultivos a una altura adecuada especialmente para adultos mayores o personas con movilidad reducida.

Además, en el marco de este proyecto, se pretende que en Chile se implementen tecnologías mexicanas para viviendas sociales, enfocándose principalmente en la prevención y respuesta a desastres naturales. Así esperan tener viviendas de emergencia con hornos solares y paneles fotovoltaicos para dotar a los afectados de calefacción y agua caliente, recolectores de aguas lluvia para regar el jardín o un huerto y muros verdes con ventanas y espacios para cultivar plantas y hortalizas.

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