Qué debe hacer y qué no al renunciar a un trabajo
Existe, revelan expertos en el mundo laboral, una serie infinita de razones por las que una persona puede dejar su trabajo. Una oferta millonario, o no tan millonaria, un problema puntual, la necesidad de emprender nuevos desafíos, etcétera, están entre ellas.
Cualquiera sea el caso, e incluso si la salida del lugar de trabajo es conflictiva, los mismos expertos recomiendan al exempleado respetar algunos protocolos que harán de su partida un hito positivo.
"No fue algo que se le ocurrió hacer de la noche a la mañana. Es una determinación pensada y que el individuo adopta voluntariamente" destaca Roberto Aichele, socio senior de la consultora IT Hunter.
Y, precisamente por ello, entrega recomendaciones para la hora de renunciar. Hay, explica, dos formas de hacerlo.
"La primera de ellas es dejando todo su trabajo e información en orden y en regla (carpetas, archivos, proyectos, etc.) con la finalidad de que quien lo reemplace en el cargo pueda retomar las tareas y labores de la forma más ordenada y normal posible", dice. Así, dejará una buena impresión en la empresa, lo que puede resultar crucial en caso de que en el futuro los planes cambien. Además, aconseja despedirse de manera cordial de sus jefes y compañeros para, así, "salir por la puerta ancha".
Lo que no se debe hacer, por el contrario, es dejar la empresa de manera rápida e intentando pasar desapercibido.
"Esta última es, claramente, la forma menos recomendada para dejar una organización", afirma Achiele. Luego agrega: "Ahora si se trata de un cargo Comercial, Financiero o de máxima confianza, lo más probable es que sea la propia empresa la que le pida a esa persona dejar inmediatamente sus instalaciones con el objeto que no se produzca alguna fuga de información clave como bases de dato". J