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En prisión preventiva quedaron 3 de los 7 hinchas de Everton

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En prisión preventiva quedaron 3 de los 7 hinchas evertonianos que el domingo recién pasado fueron detenidos a bordo de un taxicolectivo a mil 300 metros del estadio Sausalito efectuando desórdenes y supuestamente disparos con un revólver con su número de serie borrado.

La totalidad de los detenidos fueron formalizados por los delitos de desórdenes y porte ilegal en el marco de la Ley de Violencia en los Estadios. Debido a que tres de los 4 imputados poseían antecedentes penales - dos de ellos por el delito de daños y desórdenes en el marco de la misma ley y el tercero una condena por el delito de robo con intimidación - el fiscal Patricio Toro, solicitó medidas cautelares diversas.

Así entonces, J.O.C., A.E.L. y A.J.C. quedaron en prisión preventiva durante los 100 días que fueron decretados como plazo de investigación.

SIN FúTBOL

Los otros 4 imputados a saber, R.I.M.R., F.A.T.A., D.A.L.C. y V.J.G. la fiscalía pidió arraigo nacional, prohibición de asistir a cualquier espectáculo de fútbol profesional reforzado con la obligación de presentarse a la unidad policial más cercana a su domicilio cuando se desarrolle un partido del club Everton de Viña del Mar.

El magistrado de la segunda sala del Tribunal de Garantía de Viña del Mar, Roberto Pinto acogió los planteamientos del ministerio público y con ironía, manifestó estar de acuerdo con la defensa en el sentido que si todos eran formalizados por los mismos delitos, en particular el porte de arma, todos debiesen haber quedado en prisión: "Pero lamentablemente el ministerio público pidió la prisión preventiva respecto de tres no más".

UN ARMA, 7 IMPUTADOS

Uno de los argumentos que llevaron a ampliar la detención de los imputados fue que se encontraba pendiente una pericia policial en torno a los rastros de pólvora a fin de establecer cuál de los 7 efectuó los disparos con el arma encontrada en el vehículo.

"Si bien la pericia efectuada a los posibles rastros que tendrían los imputados en sus manos, descartó la existencia de residuos de pólvora es un hecho que no se puede desconocer, que el arma de fuego estaba dentro del vehículo en el cual todos se desplazaban y que se efectuaron disparos con esa arma de fuego según apreciópersonal que efectuó la incautación de dicha arma de fuego", precisó tras la audiencia el fiscal Toro.

El persecutor puntualizó que los imputados que ya tienen antecedentes, podrían llegar a penas de presidio mayor -cinco años y un día hacia arriba- mientras los otros 4 podrían optar a penas con beneficios.

El abogado de la Gobernación de Valparaíso, Felipe Clark se mostró conforme con la formalización y las cautelares decretadas

"Estamos conformes porque conseguimos lo principal de acuerdo a nuestra misión, que era buscar que esta gente quedara prohibida de ingresar a los estadios", precisó el profesional. J

Mano dura a la violencia

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Después de organizar una brillante Copa América, ingenuamente pensamos que por fin el fútbol se había recuperado como un espectáculo para la familia. Sin embargo, lo ocurrido en Sausalito es una muestra que hay mucho por hacer para erradicar en forma definitiva a aquellos que no quieren el deporte, sino que lo utilizan para dar rienda suelta a sus frustraciones cometiendo destrozos y atacando a "enemigos " y no adversarios deportivos.

Cada vez que ocurre algo en algún estadio o en su entorno, escuchamos a las autoridades con frases de buena crianza, pero de medidas concretas: nada. Hoy, la mayoría apunta a la desprolijidad de Everton en el cumplimiento de algunas obligaciones, pero nadie habla de atacar al corazón del asunto, que no es otro que castigar severamente a los delincuentes. Es por eso que es conveniente recordar lo liderado por Chris Whalley, director de Seguridad en Estadios de la Asociación de Fútbol de Inglaterra para erradicar a los hooligans, una de las agrupaciones más violentas en la historia del fútbol.

"Fue un trabajo en equipo largo y complicado, que aún continúa. Todos los involucrados coincidían y coinciden: Ni a los clubes, ni a los hinchas pacíficos, ni a la policía, ni al gobierno, les interesa que hayan violentos en los estadios. Hay un fuerte compromiso en luchar contra el mal comportamiento", esgrimió Whalley.

Un momento clave para comenzar a erradicar los focos de violencia fue la tragedia del 15 de abril de 1989, cuando 96 personas murieron aplastadas contra las vallas del estadio de Hillsborough en Sheffield, durante un encuentro entre el Liverpool y el Nottingham Forest. A pesar de que las causas de aquel incidente (según la investigación) no fueron por culpa del comportamiento de los hinchas, sino por el exceso del aforo, el hecho permitió realizar una serie de cambios en el fútbol inglés.

"La gente comprendió que la situación debía cambiar. Decidimos desmantelar las rejas y los alambrados para cuidar la integridad de los espectadores. Desde entonces, la gente puede pasar al campo de juego, pero es un delito. El que lo hace, sabe que hay personal que los identifica, los sanciona y los excluye. Lo positivo es que así tenemos estadios más amigables, con más comodidad, y el ambiente es menos amenazante y más respetuoso. La mayoría se porta bien", detalló Whalley. El directivo detalló por otro lado el rigor y los castigos que se deben aplicar en contra de quienes no tengan un comportamiento adecuado en un estadio.

"Nos costó encontrar una ley que fuera efectiva, pero lo logramos. Incluyó la exclusión de los delincuentes de los estadios. Y con esta medida tuvimos mucho éxito: el que hace algo inadecuado no entra más, por un período mínimo de tres años. Y no pueden ir nunca más al exterior cuando juega la selección. Ni al Mundial ni a la Eurocopa", informó.

Sin embargo, una arista no menor que en Sudamérica ha atentado en contra de una ley efectiva para ser aplicada contra las barras bravas, ha sido los constantes vínculos de parte de las directivas de los clubes con los hinchas, con entrega de entradas y otros implementos, además de la pasividad por parte de los gobiernos con la que se ha atacado el problema. Frente a esto, Whalley dijo que "en ese contexto no hay solución. Lo más importante es excluir a los vándalos. Si los delincuentes pueden asistir a los estadios, no hay solución posible. Todos los involucrados tienen que estar de acuerdo para erradicar a las barras, si no, no es posible".

En cuanto a otros métodos de poder combatir la violencia en los estadios, como sucede en Argentina que no permite el ingreso a los recintos de los hinchas de los cuadros visitantes, Whalley respondió que "talvez sea una buena solución para ellos, pero no para Inglaterra. Parte del evento es la rivalidad y el clima de las dos hinchadas".

El director de Seguridad en los Estadios de Inglaterra reconoció que el tema de la violencia es complejo, porque este fenómeno existe en la sociedad misma.

"Si el club puede controlar el acceso al estadio, también puede controlar el comportamiento dentro. Y si algunas personas no respetan las reglas, el club tiene derecho a echarlos. Eso ocurre en Inglaterra", concluyó.

¿Seremos capaces en Chile de adoptar medidas similares? De repente da la impresión que no, porque escuchamos muchas declaraciones para el bronce, convocatorias a inútiles reuniones y acuerdos que finalmente no llevan a nada.

Sin duda que falta mano dura.