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Everton logró un triunfo con dedicatoria ante Wanderers

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Tenían casi todo en contra y por ello, lo meritorio que resultó el triunfo obtenido ayer por Everton ante su similar de Wanderers (3-1), en una nueva edición del clásico porteño. Y es que en el papel, estaba todo dado para que Wanderers -que por planilla y división, está hoy en día por sobre los oro y cielo- sacase ventajas frente a un rival que en los últimos años, les ha tomado la mano imponiéndose en 5 de los 6 últimos cotejos entre ambos.

Sin embargo, ni el jugar como visitante, sin ninguno de sus adeptos en las tribunas y frente a un rival copero (Wanderers debuta en agosto por la Copa Sudamericana), le jugó en contra a Everton, en su visita a Valparaíso. Por lo demás, Everton mejoró considerablemente en relación a lo que había mostrado a mitad de semana en Quillota (frente a San Luis) y merced a un fútbol pragmático, pero no por ello menos ambicioso y/o incisivo, se quedó un triunfo que fue dedicado a sus hinchas, quienes, producto de los desmanes de la semana pasada en Sausalito, no pudieron hacerse presentes ayer en Valparaíso. Los jugadores de Everton -viendo poca justicia en la sanción para sus hinchas (ya que los barristas de Wanderers que ingresaron a la cancha en Viña, no fueron castigados), tomaron todo lo sucedido como un incentivo extra para ganar donde más gusta... en la cancha y por méritos propios.

FUERZAS PAREJAS

Pese al dominio que como dueño de casa, tenía que imponer el local, fue el forastero quien pegó el primer combo, merced a una definición de zurda de Jorge Gálvez, quien, corriendo en diagonal -y marcándole el pase a Saavedra- superó la marcación tardía de García y Viana a los 7'.

Abajo en el marcador, fue Wanderers quien intentó acorralar a Everton, con un paraguayo González bastante ganoso (le hizo bien marcar sus dos primeros tantos por el Decano), pero con un Carlitos Muñoz algo errático y poco efectivo. Al medio, Paulo Rosales no es ni la sombra de lo que mostraba Jorge Luna, mientras que en la zaga porteña, se nota -y mucho- la ausencia del otro Luna, Ezequiel.

Así y todo, Wanderers pudo empatar con una llegada doble de González y Schultz, ambas arrebatadas por el meta Dalsasso (32'). Por contrapartida, Camilo Ponce enfrentó sólo a Viana (35'), pero no supo liquidar frente al golero. A los 39' y tras un centro que cabeceó González, el juez Osses sancionó un polémico penal, por un supuesto empujón de Madrid. Carlos Muñoz se paró al frente y su remate fue contenido con los pies por un Dalsasso, que optó por no lanzarse a ningún lado.

LOCAL SIN IDEAS

Se suponía que en el segundo tiempo, Wanderers se iría con todo en pos del empate... pero algo pasó. Y es que pese al empeño de Ormeño y compañía, las llegadas escaseaban. Y así, Everton se envalentonó y merced a dos golazos de Saavedra, liquidó el partido. Ya cerca del final, el descuento del capitán Ormeño fue casi para la anécdota, ya que en la cancha el visitante fue más certero y se llevó el botín. J