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bienvenido a casa Así fue la vuelta del hijo pródigo de Wanderers

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Al más puro estilo de las figuras de Europa fue la bienvenida que se le hizo a David Pizarro en el Elías Figueroa de Playa Ancha.

Los miles de hinchas caturros, que agotaron las entradas en tres horas, esperaron expectantes el regreso del "Fantasista" al Puerto. Desde temprano las galerías se llenaron de camisetas verdes y en los alrededores del estadio se sentía una atmósfera de partido.Eran cerca de las 17.00 horas cuando hacieron ingreso a la cancha jugadores de las divisiones menores del club, que formaron un "callejón", a la salida del túnel para recibir a Pizarro.

Apenas pisó el césped, el estadio se vino abajo y el volumen de los cantos subió hasta las nubes. El mediocampista se detuvo en la mitad de cancha y emocionado se tapó la cara con ambas manos, casi llorando. Posteriormente se acercó a la galería Norte, donde siguió con el brazo en alto los cánticos de Los Panzers y gritó con el "Alegría".

El estadio se enmudeció cuando Pizarro tomó el micrófono: "Gracias por la espera, fueron 16 años en los cuales siempre seguí ligado al club y a lo que pasaba con Valparaíso. Hoy el vagabundo está de vuelta", dijo y a continuación comandó el clásico "ese a ene".

El recién nombrado ciudadano ilustre de Valparaíso, siguió saludando a los wanderinos y firmó varias camisetas mientras los flashs de las cámaras rodeaban su cara.

"Estas son cosas que no se van a olvidar nunca, van a quedar siempre en mi corazón. Lo de hoy y lo que fue la firma, fue un momento muy importante para mí y no lo había sentido en las otras contrataciones", dijo el campeón de la Copa América

El porteño reveló que antes del torneo continental había tomado la decisión de volver a Valparaíso y bromeó diciendo que dejará solo en la Fiorentina a Matías Fernández. "El Mati ya lo sabía", confesó sonriendo, para luego seguir saludando a la gente y regalarle su camistea a un playanchino de 5 años. J